Fernando Colomo inmortaliza su imagen a través de «La Isla Bonita»

Estreno en España el viernes 6 de noviembre
Hay ocasiones en las que muchos directores de cine han hecho algún tipo de cameo en sus propias películas o en las de otros, pero son menos aquéllas en las que además se actúa dentro de ella, más que nada por las dificultades que ello pudiera implicar y que en el caso de Fernando Colomo son inexistentes habida cuenta del tiempo que lleva deleitándonos con sus historias, logradas por haber forjado poco a poco una experiencia a través de propuestas tan interesantes como «La vida alegre», «Bajarse al moro», «Los años bárbaros» o «Al sur de Granada». Lo importante de «La Isla Bonita» es que se trata de una película que está basada en sus propios personajes que habitan la isla de Menorca.
El veterano cineasta interpreta a Fer, un publicista en horas bajas que llega a la isla más septentrional del archipiélago balear, donde es recibido por su amigo Miguel Ángel, un creativo ya retirado en su casa menorquina. Con la excusa de querer hacer un documental, lo que quiere Fer es relajarse en ese entorno excepcional y retomar la antigua relación de amistad que mantenía con el propietario de la casa.
A partir de un esquema de guión muy básico y con una mayoría de actores no profesionales o debutantes, Colomo elabora una historia en la que abundan los toques de comedia. Él también actúa, porque es un veterano y tiene madera suficiente para hacerlo con garantías de éxito. Lilian Caro es la única actriz-actriz, si por ello entendemos a la profesional que está interpretando un papel alejado de lo que ella es en la realidad. Y el resto de intérpretes desarrollan sus papeles en función de quiénes son en su vida real, completando de esta manera el punto de partida que les ha propuesto el director.
«Yo continuamente había querido ser actor. De hecho en los cortos de Super 8 siempre actuaba. Recuerdo que Carmen Maura a menudo me decía que me diera un papel a mí mismo -contaba el realizador-, un papel además de protagonista, pero yo pensaba que igual hundía la película y se estropeaba por la manía de ser yo el personaje principal. Pero llegó un momento que es que ya había hecho tantas películas, que me dije que ya era la ocasión de ponerlo en práctica, y la oportunidad se presentó con «La Isla Bonita» y con estos personajes».
En cuanto al guión, Colomo puntualizaba que «lo que yo no quería era escribir los diálogos, primero porque es una lata, y luego porque como se ha demostrado, lo iban a hacer mucho mejor los actores. Lo que sí que hice fue el plan de rodaje y el contenido general de las secuencias. Por ejemplo ponía: secuencia tal en la cocina; Nuria y Fer hablan de lo divino y lo humano. Y entonces, pasaba a describir otra secuencia sin darles a los actores un límite de tiempo para desarrollarla. De hecho, alguna llegó a durar 18 minutos durante el rodaje sin darnos cuenta».
«La Isla Bonita» es un cine flexible, basado en la improvisación porque no hubo demasiadas imposiciones previas. Fernando Colomo ha querido contar una historia diferente y ponerse a prueba como actor protagonista. La experiencia acumulada y por tanto, la madurez, son unos avales siempre a tener en cuenta a la hora de alcanzar un buen punto de equilibrio respecto a toda la savia nueva con la que asiduamente se encuentran la mayoría de amantes del cine.
©José Luis García/Cinestel.com