«La Gran Apuesta» (The Big Short); las hipotecas fraude para incautos

Estrenada en España
«El mercado de la vivienda nunca va a fallar», decían en los Estados Unidos los expertos en hacer el fraude y los incautos que les hacían caso sin ni siquiera tener una mínima noción de lo que es y significa la ley de la oferta y la demanda, que es lo primero y lo más básico que se estudia al respecto de la economía ya en la educación primaria. La versión española, también en la primera década de este siglo y no por casualidad, era que «los pisos nunca bajarán». En ese espacio de tiempo, quienes controlan los bancos e igualmente quienes trabajan dentro de ellos, llámese al empleado director general o cajero, ¡qué más da!, abandonaron todo atisbo de decencia y de ética para embarcarse en una carrera por hacer números, en un negocio basado tanto en despojar a la gente de sus bienes como en el despido de los empleados de banca como último fin inevitable. «La Gran Apuesta» (The Big Short) viene a darnos la mejor exposición del tema que hemos visto en el cine.
Teniendo claro que la mayoría de espectadores no estamos especializados en el terreno de los manejos de la alta economía, los tres productores de la película, entre ellos el actor Brad Pitt que también actúa en el relato, arriesgaron y dieron en la diana al contratar para dirigir el filme a Adam McKay, un realizador de comedias como «Hermanos por pelotas» o «El reportero: La leyenda de Ron Burgundy», que ha sabido dar los giros de género necesarios para que, siendo rigurosa con lo ocurrido, también sea digerible por cualquier tipo de público a través de determinadas entradas de elementos de humor. Los detalles y datos que aporta esta película son muchos, aunque se hacen notar más al principio que durante y al final del film. Michael Lewis es el autor del libro homónimo de investigación en el que se basa este relato.
Los principales protagonistas de «La Gran Apuesta» son cuatro visionarios capaces de darse cuenta de aquello que las agencias de calificación, los bancos, los reguladores gubernamentales y los medios de comunicación se niegan a admitir: que los precios del sector inmobiliario no seguirían al alza para siempre. Se trata en la realidad de analistas de la estructura económica y de la economía aplicada que no daban crédito a lo que estaba pasando, pero que les era imposible pararlo porque nadie les hacía caso. Ante el inminente desplome de la economía mundial, se les ocurre la idea de invertir a contracorriente, en contra del cauce del sistema financiero, y uno de ellos inventa el «seguro de impago de deuda», una forma de aprovechar el hundimiento de los bancos, la autocomplacencia y la corrupción para tratar de «hacerse rico».
Los personajes que aparecen en la película son por lo general bastante estrambóticos, comenzando por el iracundo gestor de fondos de inversión alternativa Mark Baum (Steve Carrell), y siguiendo por el excéntrico financiero y entusiasta del heavy metal, Michael Burry (Christian Bale), el joven y avispado banquero de Wall Street Jared Vennet (Ryan Gosling), un par de analistas jóvenes y sarcásticos, y otros dos gestores financieros de veintitantos años que reclutan como consultor al banquero convertido en agorero ecologista Ben Rickert (Brad Pitt).
El conocido plantel relata en esta película unos hechos que ocurrieron mas o menos así en la realidad, por lo que desde el principio ya conocemos hacia dónde va. La sensación al verla es realmente extraña ya que en algunos casos, hay actores que hablan directamente a la cámara, y también alguna que otra voz en off. Asimismo, aparece la estrella de «El lobo de Wall Street», Margot Robbie, bañándose dentro de una bañera con burbujas (aquí de jabón) y bebiendo champagne; también el chef estrella de la televisión estadounidense Anthony Bourdain, quien compara las sobras de pescado con activos financieros tóxicos; y, sobre todo, la muy acertada presencia de la cantante y actriz Selena Gómez junto al economista conductual Dr. Richard Thaler, ilustrando el ruinoso efecto dominó desencadenado por el hundimiento de los denominados «CDO Sintéticos» con una buena explicación.
Entretenida, pero desagradable y penosa, «La Gran Apuesta» nos habla sobre la peor crisis financiera en los tiempos modernos, la de la burbuja inmobiliaria a cuyo estallido algunos pensaron erróneamente que estábamos ante el final del capitalismo. Con un tratamiento bastante singular, la película abarca el problema de arriba a abajo, mientras que el absurdo, el disparate y lo descabellado de la situación adquiere a veces visos de comicidad.
Carell contaba que si le preguntaran de qué va esta película, diría: «¿Recuerdas cuando las hipotecas de alto riesgo se fueron a la ruina y todas esas compañías quebraron y ni una sola persona fue a la cárcel? ¿Lo recuerdas? ¿Recuerdas cómo estalló todo? ¿Y que luego llegó el gobierno y los rescató a todos y todo pareció estar bien? Pues sobre esto trata este filme. Es una película de miedo y es mucho más aterradora de lo que acabo de contar».
©José Luis García/Cinestel.com