«Mia Madre», de Nanni Moretti; preocupación por el descontrol

Estrenada en España
Todas las películas del cineasta italiano Nanni Moretti tienen unos puntos determinados de conexión con su realidad personal. Es fácil entonces presumir que el director cuenta historias que le conmueven o, mejor definido, le preocupan. En «Mia Madre» el detonante esencial para que abordara este relato fue el triste fallecimiento de su madre. La visión completa de este largometraje nos sugiere que en su concepción ha existido una gran inquietud acerca de qué es lo que se puede o no controlar. Margherita Buy personifica a una realizadora de cine en pleno rodaje de una película que está protagonizada por un actor estadounidense (John Turturro) con raíces en Italia. Y si en el cine parece que todo tiene que estar controlado, pero no es así en la vida real, este filme nos demuestra lo equivocada que puede llegar a ser esa estimación.
Partiendo de su experiencia personal durante la filmación de «Habemus Papam», Moretti nos muestra el rodaje de una película dentro de otra película, y elige a una protagonista femenina para encarnar esas vivencias suyas. Como ya hiciera antes, aquí él también actúa siendo el hermano de Margherita (ella emplea su mismo nombre en la ficción), una profesional en el arte de interpretar la realidad de los demás, abocada a comprender una situación íntima familiar que puede llegar a ser irreversible.
Todo se le complica cuando el actor principal de su película se comporta como un pesado pretencioso e incluso le cuesta recordar los diálogos que debe usar en las escenas. Turturro aporta la parte humorística de un filme que alterna con eficacia varios mundos paralelos que vive la protagonista, pues además del trabajo en el set de actuación y el estado delicado de la madre, también aparecen distintos recuerdos y sueños que ayudan a reflejar mejor el estado emocional de Margherita y que le están impidiendo llevar una vida normal. Por otro lado, también queda la sensación en el espectador de que las certezas que busca en el relato de la película que está dirigiendo no se dan en la vida real. Inseguridad, angustia y confusión son los tres conceptos que más se repiten a lo largo del film.
©José Luis García/Cinestel.com