«Todos queremos algo», de Richard Linklater; la efervescencia de los 80

Estreno en España el viernes 1 de julio
Las fronteras están donde las encuentras. A Richard Linklater siempre le ha interesado la idea de reflejar en sus films algunos momentos de nuestro cruce por la vida en los cuales estamos viajando sin tener una dirección particular en mente. El cineasta texano vuelve a hacerlo en «Todos queremos algo» (Everybody wants some!!), una sublime y extraordinaria película que arranca en un año, 1980, que fue clave y fundamental para algunas transformaciones en el contexto internacional. Aquí el realizador se ha permitido hacer un filme que en parte es autobiográfico, sobre una época acerca de la cual ahora reconoce que fue más divertida que su paso juvenil por el instituto de secundaria.
La película retrata a un grupo de jóvenes jugadores de béisbol en los días previos a que comience su etapa en la Universidad. También es una secuela de uno de sus primeros trabajos: «Dazed & Confused».
Lo primero que hay que destacar de las obras de Linklater es su verosimilitud. Y es que la ficción madurada en «Todos queremos algo» es creíble por completo y enseguida piensas que eso que nunca pasó tal cual está contado en el filme, bien podría haber llegado a ocurrir en la realidad. La narración sucede durante un fin de semana y es lineal, sin flashbacks. No hay giros de guion ni aspectos del relato que puedan parecer imposibles. Eso sí, de la forma en que está elaborada podría haber sido perfectamente una película rodada en esa década de los 80.
En ese sentido, es muy valioso el trabajo de adaptación que los actores y actrices han llevado a cabo para convencer con sus interpretaciones y con su baile. Reproducir esa forma de bailar tan sincronizada con el ritmo no es tan sencillo, si tenemos en cuenta que hoy en día los contorneos y movimientos de la pelvis ya no se practican en las pistas, en una segunda década del siglo XXI en la que nos parece que bailar en una discoteca es simplemente agitar los brazos y ya está. En aquellos años, bailar era como una celebración y en algunos casos muy creativo. Aunque, al igual que ocurre ahora, para la mayoría de asistentes la música era lo de menos.
«Todos queremos algo» es una película admirable que incorpora en el elenco actores cuya presencia supone su primera experiencia en cine. También los hay conocidos como son ambos protagonistas, los televisivos Blake Jenner y Zoey Deutch, así como Glen Powell.
El argumento se desarrolla en ese fin de semana de primer contacto entre los chicos, sin apenas la presencia de adultos porque ellos están en una residencia de estudiantes y entre el interés por ligar con las chicas, las consolas para jugar, toros mecánicos o tribus musicales.
Linklater también incorpora algunos apuntes subliminales realmente buenos para aquellos espectadores que sepan o les guste captarlos. Ahí queda también ese reto, que siempre resulta tan gratificante.
Por último, la parte musical es potente en el filme. Son 45 los temas musicales que de una forma u otra, directa o de fondo, suenan a lo largo del metraje. Está el de Van Halen que le da título a la película, pero también My Sharona (The Knack); Rapper’s Delight (Sugarhill Gang); Driver’s Seat (Sniff ‘n’ The Tears); Take your time, do it right (SOS Band); Corazón de Cristal (Blondie); Ladies Night (Kool & the Gang); Bad Girls (Donna Summer); Good Times (Chic); Another One Bites the Dust (Queen); Because the Night (Patty Smith Group); o Hand in Hand (Dire Straits), entre otros.
©José Luis García/Cinestel.com