«Sinfonia da Necrópole» de Juliana Rojas; insólita comedia musical

No se recuerdan precedentes en el cine brasileño que tengan que ver con la comedia musical. Juliana Rojas ofrece en «Sinfonía da Necrópole» la que es posible que sea la primera experiencia en este campo. La directora brasileña sigue colaborando profesionalmente con Marco Dutra, quien aquí se ha encargado de los aspectos musicales de este filme que fue premiado en cuatro festivales, obteniendo entre otros el galardón a la Mejor Película del jurado de la crítica del prestigioso Gramado. Repasando la filmografía, encontramos que todos sus cortos recibieron algún reconocimiento, al igual que su largometraje anterior «Trabalhar Cansa».
«Sinfonía da Necrópole» es en síntesis una historia que nos habla de los cambios que se producen en la rutina de un sepulturero cuando ingresa una nueva empleada en el cementerio. Juntos deben localizar tumbas abandonadas, pero circunstancias extrañas los hacen pensar acerca de una posible manipulación de los muertos.
Una característica bastante común al cine que se hace en Brasil es la incomprensible escasa difusión que se le suele dar a nivel internacional, algo sobre lo que ya habíamos tratado antes en Cinestel. Y para reivindicar una mayor presencia de esta filmografía valga como ejemplo esta película que se dio a conocer en el año 2014, que es una insólita comedia musical en el país carioca, y que tan solo ha circulado en una parte del circuito de festivales por el mundo.
Sin ser una gran historia, el filme contiene elementos diversos que lo hacen agradable, audaz y por momentos divertido. Aquí el humor está combinado con reflexiones y críticas sobre nuestra sociedad contemporánea, en especial la necesidad imperante de obtener beneficios a toda costa en un cementerio plagado de curiosos personajes donde se vislumbra un posible romance.
La música cantada y en menor medida coreografiada forma una parte importante de esta «Sinfonía de las Necrópolis», que reproduce estilos muy diversos y variados junto a una letra que tiene que ver directamente con el relato que se está contando. Al final te puede quedar la sensación medio absurda de haber dado un paseo simpático por diferentes recovecos de la vida, y la idea de que tal vez habrá quien piense que su refugio se halla en el «bar de los vivos» que se ve fuera de ese recinto fúnebre.
©José Luis García/Cinestel.com