«Las mil y una noches», de Miguel Gomes; Vol. 2: El Desconsolado

Estrenada en España
Miguel Gomes hace gala en esta trilogía de un gran respeto hacia el espectador al haber fraccionado las historias en tres volúmenes de poco más de dos horas de duración, en lugar de presentarlo todo en un bloque superior a las seis horas, como en estos últimos años se está viendo en algunas producciones estrenadas en festivales europeos.
El Volumen 2 de «Las mil y una noches» expresa unas cuantas consecuencias del infortunio derivado del retroceso en el sistema social y político del país, con los portugueses como firmes protagonistas de todo el esquema creativo del director, en un cúmulo de historias cuya interconexión tiene que ver con un fuerte desánimo y desolación entre las gentes. Crista Alfaiate sigue encarnando a la supuesta Sherezade, aunque de momento con muy pocas intervenciones, pues aquí se le vuelve a dar la mayor cantidad del protagonismo al pueblo ahora desconsolado.
Esta segunda parte comienza con la historia de Simao, el asesino de su esposa y su hija que ahora vaga por los campos, escopeta en mano. A este hombre lo llaman el «sin intestinos» y también «hijo de puta refinado» porque se dice que come y no engorda, parece que debido a que es un «hombre sin entrañas». En esta trilogía simbolizaría la pérdida de control.
Le sigue el relato de una jueza que tiene que emitir sentencias en el medio de un gran desorden y desconcierto. La representación de una justicia dubitativa e inaplicable y de unos justiciables algo torpes sería aquí la viva imagen de la confusión entre el bien y el mal, un factor que tal vez sea uno de los mayores logros de los grupos de poder sobre algunas masas populares en la actualidad.
Hay una historia más que con algo de humor presenta a un perrito llamado Dixie al que le sigue una serie de relatos que tienen como ubicación un barrio obrero cualquiera, la vida ahí dentro de sus moradores y algunas de sus actitudes, presuntuosas en algunos casos y demenciales en otros, pues tienen que ver con miedos ocultos e inconfesables, así como con la falta de pretensiones y de establecer objetivos para intentar mejorar su situación. Sería entonces la crónica de un adormecimiento generalizado frente a las reducidas posibilidades de una revolución.
«Las mil y una noches» es una trilogía que en su conjunto busca que el público curiosee y escarbe por debajo o detrás de lo que ve para tratar de reconocer los pensamientos no expresados y las motivaciones de los personajes, junto a sus carencias y las sutiles disquisiciones político sociales que están enmarcadas dentro de esta notable ficción.
©José Luis García/Cinestel.com