«Sapos y culebras» de Francisco Avizanda; vivir en la casita de papel

Coproducida con Francia y financiada por el Gobierno Vasco, estrenó en España «Sapos y Culebras» definida por su director, Francisco Avizanda, como «una fábula sobre la cleptocracia con aviso para navegantes». Ariadna Cabrol interpreta a Rebeca, una chica bien, consentida por sus padres separados, que sufre las consecuencias de la ruina paterna. Su padre es un constructor que ofertaba comisiones a distintos integrantes de la política y a las que no puede seguir haciendo frente porque está en quiebra.
Aunque cuesta bastante que el espectador encuentre el esquema sobre el que está trazada la historia, hay que reconocerle a Avizanda la osadía de haber tratado un tema que paradójicamente está hoy en día entre las principales preocupaciones de la población española como es el de la corrupción de algunos políticos y constructores, mientras que el cine de ficción le ha dado la espalda casi por completo.
En «Sapos y Culebras», Rebeca es una chica que ha heredado de su padre la cultura del poco esfuerzo y que se alarma cuando le dejan de fiar dinero a través de la tarjeta de crédito. El entramado de corruptelas parece que le toca de cerca, pero no se sabe desempeñar en ese mundo y sus relaciones sociales y afectivas se reúnen siempre en torno al factor dinero. Como dice la famosa canción española que suena insistentemente a lo largo de todo el film, ella y sus conocidos están «soñando en la casita de papel».
Avizanda no acaba de cuajar del todo el conjunto de lo que está contando, abunda demasiado en ciertos asuntos y no entra en otros, pero la película es un buen punto de partida para que el cine español de una vez por todas nos comience a contar buenas historias relacionadas con este tema que puedan suscitar la reflexión y el debate.
El film también contiene algunas partes que podrían parecer surrealistas, como el caso de un alcalde corrupto que se encarga personalmente de ajustar cuentas, unos «periodistas» de agencia que aspiran a ser jefes de prensa de un Casino, y el chaleco de uno de ellos que lleva la inscripción PRE$$ en la espalda.
©José Luis García/Cinestel.com