«Selma», la película que ofrece la visión parcial de una gran hazaña

Estrenada en España.
La directora estadounidense Ava DuVernay es también la co-guionista de este filme que no puede ser presentado como una biopic, porque tan sólo abarca el periodo de luchas que se desencadenaron con las marchas por los derechos de voto de la población negra de los Estados Unidos, remontándose a un hecho concreto y determinante como fue que les dejaran marchar unos cien kilómetros desde Selma hasta Montgomery, cruzando un puente para ir a votar. En este sentido, cuenta lo mucho que les costó llegar hasta ese punto tan crucial en la lucha por los derechos civiles, justo en un momento en el que todavía se producen de vez en cuando altercados ante los métodos violentos que la policía emplea con ciudadanos de color. Como ya se sabe, la lucha fue y es mucho más larga.
El trabajo de elaborar un guión de cine en el que se incluya a algún fallecido, suele ser complicado a veces y parece que en este caso, los peros de los descendientes se han notado en el resultado por su excesiva sobriedad y por haber tenido que cambiar ciertos contenidos como los discursos, que sólo están captando la esencia de lo que decía Martin Luther King jr. porque la transcripción literal de partes de aquellos textos no fue autorizada por los familiares, al estar pidiendo cifras desorbitantes para ello. Pero veamos que fue lo que hizo saltar con eficacia esos obstáculos.
«Selma» lo que hace es escenificar hechos ya conocidos, tanto en la conexión de los personajes con su mundo espiritual a través de la Iglesia Bautista, -con el soul como referente ineludible y característico-, el ridículo discurso racista apoyado hasta por el presidente Lyndon B. Johnson con gran torpeza, -muy bien interpretado por el inglés Tom Wilkinson-, y el papel de los periodistas y los reportajes de televisión que mostraban con responsabilidad profesional, las privaciones y humillaciones cotidianas de los afroamericanos del sur del país, incluidas aquellas cargas policiales que dejaron decenas de heridos.
Visto el desinterés de los hijos de King por llegar a un acuerdo con los productores de la película, lo que hace DuVernay para conseguir una historia creíble y raspar la capa superficial de un icono intocable, es de gran audacia: se va a los archivos del FBI y ahí consigue numerosa información, auténtica y veraz, pero siempre desde el punto de vista del seguimiento al que fue sometido el gran líder en favor de los derechos civiles.
La vigilancia del FBI a Martin Luther King comenzó en 1961, cuando pensaron que los comunistas iban a intentar infiltrarse en ese movimiento. Nunca consiguieron prueba alguna de ello, pero lo que está claro, y se ve en la película, es que los agentes registraron todos los detalles de la vida diaria del activista a lo largo de seis años con la finalidad de intentar apartarlo de la dirección de la organización.
Negociar, protestar y resistir eran las tres máximas consignas de este movimiento cuyo líder esta fenomenalmente caracterizado por el actor David Oyelowo, con un gran parecido físico además, y que es una persona que ha cometido errores, a ratos se empieza a cansar de batallar, y hace mucho tiempo que ve sufrir a su familia. «Selma» es una película algo plana y seria en su narración, que parece estar dirigida a espectadores concienciados con el problema que supone buscarse enemigos con el pretexto de que tienen más oscuro el color de la piel.
©José Luis García/Cinestel.com