«Sexo fácil, películas tristes», de Alejo Flah; transposición romántica

«Sexo fácil, películas tristes» es el debut en la dirección del argentino Alejo Flah, guionista de la serie televisiva de Juan José Campanella «Vientos de agua», y co-guionista de «Séptimo», de Patxi Amezcua. La película es una comedia romántica doble o, si se quiere expresar así, una película dentro de otra película en la que hay una mezcla de situaciones. Toda la historia ha sido ideada con el propósito de profundizar en la relación que suele tener el escritor con sus personajes, es decir, cuánto hay de propio en lo que cualquiera escribe para una novela o un guión cinematográfico. Marta Etura, Quim Gutiérrez, Ernesto Alterio recuperando el acento argentino de su padre, y Julieta Cardinali, son los cuatro protagonistas de este filme.
El cuadro del que parte la película es el de la fiesta de fin de año, un momento de festejo que se suele pasar junto a los seres más queridos, pero en el que a los principales personajes de esta historia algo les ha sucedido y no vamos a saber exactamente qué hasta que no casemos todos los elementos o piezas que nos van a ir dando a conocer a lo largo del film. El director aseguraba que para este comienzo se fijó en los finales de otras películas como son «El apartamento» de Billy Wilder, «Cuando Harry encontró a Sally» de Rob Reiner y «Manhattan» de Woody Allen.
Ernesto Alterio encarna a un escritor al que se le ha encargado la elaboración del guión cinematográfico de una película en coproducción hispano-argentina (en realidad, este filme también lo es). El texto debe ser el de una comedia romántica, y lo que plantea esta doble historia es hasta qué punto una persona cuya vida amorosa personal es un auténtico desastre, puede verse capaz de emprender y llevar a cabo la redacción de un relato que en principio nada tiene que ver consigo mismo, pero que quizá pueda verse influenciado por alguna de sus experiencias. La parte «ficticia» transcurre en Madrid y la «real» en Buenos Aires.
Contaba Alejo Flah que Willy Wilder recomendaba acerca de la escritura de un guión para el cine, hacerlo siempre en antítesis a los estados anímicos: pensar sobre un drama en los momentos alegres, y abordar el texto de una comedia en los periodos depresivos. «Sexo fácil, películas tristes» está orientada a no darle al espectador aquello que espera, lo cual no tendría sentido alguno, y sirve con eficacia dos situaciones paralelas a las que se les podrán encontrar o no semejanzas y diferencias. Y claro, la película también nos hace reflexionar sobre si aquello que estamos reconociendo como comedia, también es así para los demás, o por el contrario, si lo que vemos como un drama alguien lo podría interpretar como una comedia. Aquí las experiencias personales acaban resultando decisivas tanto para el que escribe como para el que va a hacer una lectura porque cada persona es un mundo.
©José Luis García/Cinestel.com