Pinamar: «El otro lado del éxito» (Sils Maria) y «Land Ho!»; la mirada atrás

De entre todas las películas programadas en Pantalla Pinamar 2015 encontramos dos cuyas coincidencias temáticas son notorias, con una fotografía tomada en bellos y singulares parajes naturales ambas, pero con un trasfondo y una filosofía muy diferentes aunque acaben tratando el mismo tema: las distintas vías de reflexión sobre la vida a la que nos lleva la relativamente imaginada proximidad o la llegada de la vejez. Si en «Viaje a Sils Maria» (estreno en España el 12 de junio 2015), de Olivier Assayas, cuya premiere argentina se vio en la muestra, el personaje encarnado por Juliette Binoche observa lo que dejó atrás con mucha melancolía, en la coproducción entre Estados Unidos e Islandia «Land Ho!», es el actor Earl Lynn Nelson el que parece estar dando una visión acerca del vivir la vida desde una perspectiva muy diferente. Ambos filmes tienen además la particularidad de que toda la historia y su universo de relaciones personales voltean en torno a un único protagonista que es el que requiere y acapara la atención del espectador.
«El otro lado del éxito» tiene como título original «Clouds of Sils Maria», en inglés como casi toda la película ya que el cineasta francés está descubriendo los Estados Unidos, también con otro proyecto junto a Robert de Niro que todavía permanece inédito. Binoche interpreta a una veterana actriz de mediana edad que se encuentra en un momento bajo de su carrera pero aún mantiene esperanzas de remontar. Sin embargo, la película expone su progresivo declive, primero por un acontecimiento grave que sucede en la primera parte, pero después por el reto de tener que adaptarse a un papel distinto en una misma obra de teatro que ella había protagonizado décadas atrás.
Junto a su fiel asistente Valentina, encarnada por la actriz estadounidense Kristen Stewart, repasa en un lugar apartado de Suiza llamado Sils Maria, los textos de aquella obra, mientras que con una tablet en mano comienza a indagar en la personalidad y el trabajo de quien será esta vez la agraciada por el papel principal, Jo-Ann Ellis, interpretada por la joven actriz y modelo Choë Grace Moretz, que es una especie de esnob amante del lujo. Desde ese momento su nostalgia y tristeza irá en aumento.
Binoche hace aquí un notable trabajo introspectivo en un personaje que está teniendo evidentes contradicciones entre lo que dice que va a hacer y lo que termina haciendo, y que destila una obsesión contenida por desear seguir siendo considerada como joven dentro de un laberinto que se debate entre la ambigüedad y la precisión. María Ender, que así se llama su personaje, tiene además razones ocultas para encontrarse insatisfecha que no puede contar, y un concepto de «humanidad = madurez = inocencia» que parece extraído de aquella obra teatral.
Bajo una perspectiva mucho más estimulante, mejor lograda incluso que la de Assayas, se exhibió en La Noche Americana de Pantalla Pinamar la película «Land Ho!», escrita y dirigida por Aaron Katz y Martha Stephens. La historia arranca de un encuentro casero que mantienen en Kentucky dos ex-cuñados de edad próxima a la jubilación, y uno de ellos le propone al otro como obsequio la realización de un viaje de placer y vacaciones a Islandia. De inmediato, la acción se traslada a ese país isleño donde primero recibirán una visita familiar y más tarde continuarán su viaje en un gran automóvil por distintos parajes hermosos que tiene esa isla.
«Una pizca de pimienta», son unas palabras del protagonista principal que se escuchan bien al final de todo, cuando ya están terminando los títulos de crédito, y que resumen muy escuetamente la filosofía de su personaje Mitch. Casi toda la acción narrativa gravita en torno a esta interpretación del actor Earl Lynn Nelson. De Mitch surgió la propuesta inicial, es cirujano de profesión, y posee un carácter locuaz y por momentos algo estridente.
Analizando la película según se va viendo, no sólo nos podemos dar cuenta de que Mitch es quien mueve al resto de personajes, sino que aquí es muy probable que sólo él y su ex-cuñado sean los únicos que conocían a ciencia cierta el guión que debían seguir, porque las reacciones que suscitan en la mayoría de personas con las que se van relacionando se mueven entre cierta improvisación y una forma de expresarse que por instantes se acerca al lenguaje documental.
Más que notable película, todo un hallazgo, que cuenta sobre estos dos ex-familiares, ahora amigos, que saben curar sus melancolías del pasado, procuran disfrutar del presente cada uno desde los pros y contras de sus respectivos caracteres, y que con vistas al futuro y la vejez piensan, sí o sí, evitar una actitud parecida a la que muchas personas en edad laboral tienen la tarde-noche de un domingo. Recomendable, radiante por su fotografía, y gozosa.
©José Luis García/Cinestel.com