«Solo los amantes sobreviven» de Jim Jarmusch; divertida y dantesca

Hablar de esta película de Jarmusch como si fuera un film de vampiros sería incorrecto, pues en este caso se está refiriendo a ellos como una metáfora de lo que somos los humanos. Aquí se trata de una historia de amor fuera de lo común entre un hombre y una mujer. Ellos son Eve y Adam, como los personajes del último libro que publicó Mark Twain, aunque el tema no tiene nada que ver. Él es un músico underground que está en la fantasmagórica Detroit y ella es su amante que pasa algunas temporadas en Tánger. Ambas son ciudades románticamente desoladas y él está deprimido por los últimos actos de la Humanidad.
Escribía Jim Jarmusch que «estos dos amantes son el arquetipo del forastero, el clásico bohemio, extremadamente inteligente y sofisticado, pero aun así en plena posesión de su instinto animal. Han viajado por el mundo y experimentado muchas extraordinarias vivencias, siempre viviendo en el oscuro margen de la sociedad. Y, al igual que su historia de amor, su particular punto de vista de la historia de la Humanidad se extiende por los siglos ya que resultan ser vampiros».
Rodada en su mayor parte por la noche, los dos protagonistas necesitan beber sangre humana para sobrevivir pero, ya en pleno siglo XXI, las formas han cambiado y ahora no pueden dedicarse a morder cuellos sino que tienen que cambiar de estrategia para evitar una segura detención. El cineasta nos muestra de una manera divertida y dantesca a dos seres frágiles que se sienten amenazados y en peligro en el medio de fuerzas naturales, y una reducida visión de aquellos que se encuentran en el poder.
Esta presentación de ambos personajes es lo inédito de esta película en la que todo parece normal pero nada tiene sentido. Todo está lleno, pero al mismo tiempo hay vacíos por todas partes. El personaje de Adam es un amplio conocedor de referentes culturales, mientras que su amante Eve lo anima cuando está deprimido y quiere devolverle la fe en la imaginación humana, la cual él pone en duda. Jarmusch ha decidido huir de los estereotipos y ofrece una historia electrizante, melancólica y muy bien decantada no hacia el terror sino hacia la reflexión, donde hasta los mitos han cambiado su naturaleza tradicional y los vampiros milenarios tienen miedo de hasta conocer quiénes rondan la acera de enfrente por las noches.
©José Luis García/Cinestel.com