«Viva la Libertà» con Toni Servillo; fábula política para nada aburrida

Estreno en España.
El actor italiano Toni Servillo, emblemático en el cine europeo del momento, nos regala otra de sus actuaciones memorables en esta película que disecciona la parte más cretina de la política, la que tiene que ver con adecuar el mensaje o discurso con aquello que se piensa que los potenciales electores quieren escuchar, y lo equipara con la representación cinematográfica a través de la unión a otras historias personales. La película viene como anillo al dedo por el tema que trata, en un momento en el que en Europa se está buscando regenerar el concepto de lo que es y significa la política para los ciudadanos, y los ciudadanos para la política.
Servillo interpreta dos papeles diferentes que sin pretenderlo se complementan. «Viva la libertà» parte con Enrico Emani, un líder de la izquierda encorbatada de estas últimas décadas que ha perdido lo que antaño era la base de su discurso y no se sabe manejar en el arte de la retórica. Expresado de otra forma, no tiene en su lenguaje hablado la eficacia necesaria para deleitar, persuadir o conmover.
Por una casualidad, el asistente de Enrico encuentra a su hermano gemelo Giovanni, un filósofo que ha sido tratado en un centro mental de un trastorno bipolar, y se deciden por cambiarlo sin que muchos del grupo político y los electores se den cuenta. De repente, el líder del partido empieza a hablar con un estilo muy diferente.
El director de la película es Roberto Andò, que también es guionista, dramaturgo y escritor de la premiada novela Il Trono Vuoto, en la que se basa el filme. Al margen de escenas divertidas, como ver al político italiano bailando un tango con una actriz que hace de Angela Merkel, el guión es fresco, ágil, divertido y sobre todo muy inteligente.
©José Luis García/Cinestel.com