«Trap Street» (Shuiyin Jie) de Vivian Qu; un enamoramiento dramático

Atracción, intriga y secretos son los tres componentes básicos de esta ópera prima de la realizadora nacida en China, Vivian Qu, que cautivó al jurado del Festival Internacional de Cine de Vancouver. «Trap Street» es una película que nos está ofreciendo un contraste evidente entre generaciones, comenzando por relatarnos una inicial historia amorosa entre dos jóvenes que va a ir poco a poco derivando hacia un terreno más abrupto. El título del filme (Calle Trampa) hace referencia a esas calles falsas que trazan los cartógrafos sobre un mapa por si les roban el material, aunque aquí posee un doble sentido, como queda evidenciado.
La cinta narra la historia de un joven inspector aprendiz de elaboración de mapas digitales, Li Qiuming, que trabaja para una compañía de cartografía digital en una ciudad en el sur de China. Durante su tiempo libre, hace un poco de dinero extra ayudando a clientes privados a instalar cámaras de circuito cerrado de televisión en lugares que ha identificado en sus mapas. Un día, encuentra que una chica joven y atractiva ha aparcado su automóvil rojo en un lugar no permitido. Al cabo de algunas jornadas, descubre que ella está trabajando en una calle sin marcar y tras un contratiempo, comienzan a salir juntos. La calle en la que se encuentran está deliberadamente oscurecida y cualquier persona que la intenta buscar en un GPS queda como «atrapada».
La película pone de relieve que si bien existen en la actualidad nuevas fórmulas sociales para desarrollar una vida, los cimientos sobre los que se sostiene el país no han variado, del mismo modo que sucede en otros muchos estados del planeta, haciendo especial énfasis en que la revolución tecnológica no ha implicado una mayor libertad en las personas de a pie, porque las fuerzas que ostentan el poder han logrado reflejar por ese medio aquella realidad que deseaban transmitir para perpetuar su dominación.
Y así, una historia de amor iniciada a partir de simples coincidencias, nos muestra a dos jóvenes que han renunciado a muchos referentes de su pasado y a la cultura y sabiduría popular de sus ancestros, sucumbiendo a nuevos esquemas que tienen que ver con actitudes como la música que escuchan o con estar manejando un coche más pendientes de la pantalla del GPS que del mundo real que tienen delante de sí mismos. Aquí la percepción y la necesidad de repetir comportamientos colectivos para sentirse integrados en una comunidad, vence frente a la lógica del pensamiento y las emociones propias o al razonamiento a nivel íntimo. Y los padres naturalmente tienen bastante que ver con la aceptación de esa enorme ruptura con el pasado, porque fueron los primeros en iniciar ese cambio que ahora parece irreversible.
La chica se ha convertido en una mujer sofisticada, afectadamente refinada, casi de diseño, y el chico marcha con la mirada puesta en un mundo nuevo con el que identifica a todos los de su generación, dándole una inusitada importancia a figuras simbólicas como la tecnología, mientras que con ingenuidad camina hacia el peligro de estructuras de poder que lo convocan a vigilar mientras él mismo es vigilado.
Vivian Qu fungió antes como productora en varias películas de cine indie chino, entre ellas la ya estrenada en España «Black Coal». «Trap Street» es un filme con una mejor evolución, rodado en algunos tramos con cámara en mano e incluyendo toda una serie de planos secuencia más o menos largos. Las autoridades aún no han dado el visto bueno para su exhibición en la China continental, aunque se vio en el Festival Internacional de Cine de Hong Kong. La película fue financiada en parte a través de una subvención del fondo cinematográfico suizo Visions Sud Est.
©José Luis García/Cinestel.com