«La utilidad de un revistero» de Adriano Salgado; diversidad estática

¿En qué puede ser diverso un solo plano de 115 minutos? El argentino Adriano Salgado vence el desafío y en «La utilidad de un revistero», ganadora en la sección Competencia Argentina de Mar del Plata 2013, lo consigue mediante el diálogo entre dos mujeres que se encuentran por primera vez en casa de una de ellas para hacer una entrevista de trabajo informal con el fin de añadir una colaboradora en la decoración de una obra de teatro basada en el cuento clásico de Caperucita Roja. Tanto ese punto de partida como el resto de la historia se rodaron desde una sola perspectiva con una cámara inmóvil.
La ópera prima de Adriano Salgado supone todo un homenaje a las técnicas teatrales desde el cine. La narración está hecha en tiempo real y no se percibe interrupción alguna. La trama avanza a través del diálogo que desde un principio establecen las dos actrices y también con el uso del espacio, haciendo variar en determinados momentos de la película distintos elementos de la casa. Ahí estamos viendo toda una entrevista de trabajo y lo que sí se nota es que el film ha sido adaptado al trabajo de las dos actrices, pues son ellas quienes llevan toda la dirección de los diálogos escritos en un guión, por lo que la función del director durante el rodaje quedaría en exclusiva en corroborar la buena marcha de las conversaciones entre ambas, como así ha sido. El resto de herramientas de que dispone el séptimo arte, aquí han sido obviadas y se podría añadir que el tono de la interpretación es perfectamente asumible en el cine, cuestión fundamental que ha sido resuelta con eficacia.
Con esa única unidad de espacio y tiempo, cobran importancia los distintos niveles de conversación que se dan a lo largo de la película porque lógicamente no vamos a escuchar un diálogo plano sino que iremos comprobando que se va enriqueciendo con distintos elementos apoyados por la creatividad en distintas fases y con el apoyo de algunos dispositivos. Por supuesto, uno de los temas estrella en la charla es el del sexo, pero también se comentan dibujos y hasta un vídeo.
La información que va recibiendo el espectador está dosificada durante la película. Al enigma inicial del porqué de una entrevista de trabajo en una casa, se le añade la representación en una maqueta de la obra con algunas dosis de ocurrencias humorísticas algo tenues pero que siempre ayudan en el mantenimiento e interés de una conversación. Una reflexión que seguro convoca esta interesante película, es acerca de las relaciones que mantenemos con los objetos de nuestro entorno. Las películas de un solo plano evidentemente ya se inventaron, pero en este caso lo innovador es el método empleado con la cámara fija y la fluidez que le dan las dos actrices alcanzando los confines del metalenguaje. María Ucedo y Yanina Gruden bordan sus papeles con vigencia teniendo en cuenta que es un filme muy actual, con tecnologías y modos de vida tal cual hoy los estamos viviendo directa o indirectamente.
Por último, reseñar que en este atípico filme que es un encuentro más del cine con el teatro, resuena la calidad del largo trabajo que el director, Adriano Salgado, lleva efectuado como sonidista de cine en muy diversas películas desde el año 1992 y que por ese motivo conviene intentar verlo y escucharlo en una sala de cine siempre que se pueda.
©José Luis García/Cinestel.com