Vanessa Ragone: “Si me proponen producir una ficción, les diré que no”
En el medio de las medidas de limitación de movilidad adoptadas por numerosos gobiernos a consecuencia de la crisis sanitaria generada este año 2020, Vanessa Ragone afirma que en las actuales circunstancias nunca intentaría producir una ficción, aunque tal vez podría pensar en admitir la posible financiación de algún trabajo en formato documental.
La productora argentina de películas tan interesantes como “La noche de 12 años” o la oscarizada “El secreto de sus ojos” recién pudo participar a través de las redes virtuales en un Seminario en línea organizado por el equipo de trabajo de la Diplomatura de Distribución Audiovisual de la Universidad Nacional Villa María de Córdoba.
La también presidenta de la Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica (CAIC) estuvo hablando acerca de las herramientas que tiene el distribuidor independiente de cine.
En lo que se refiere a la distribución en la industria audiovisual, es necesario tener en cuenta todos los elementos que son nuevos, convergentes y dinámicos. Los distribuidores y agentes de ventas tienen un rol definido en este negocio y siempre se persigue una mejor distribución de esos contenidos. Hoy en día el cine es solamente una parte de esa potente industria de la imagen y el sonido.
Ragone estudió en la Escuela de Cine y ha dirigido series de televisión y documentales, desarrollando su faceta como productora durante la práctica de esas actividades. Entre las citas que más la motivan se encuentra una de Orson Welles que decía que “si a los veinte minutos de hablar de cine no estás hablando de dinero, no estás hablando de cine”.
En el Seminario sobre producción y distribución audiovisual, la productora santafesina dijo, entre otras cosas:
“El cine es una actividad industrial y cara. Y sólo se puede hacer con dinero y si no es dinero, es trabajo, pues el trabajo también es dinero. Entonces, cuando hablamos de cine tenemos que sacarnos la vergüenza de poder saber que hablamos de dinero y que tenemos que intentar que nuestros contenidos logren una rentabilidad, por lo menos para poder hacer el siguiente proyecto; ya no digo para hacernos ricos, que no es mi caso, pero sí para seguir produciendo, manteniendo nuestras estructuras y contando nuestras miradas”.
“Cada película es un prototipo único, -no hay fórmulas-, y es necesaria una estrategia diferenciada para cada proyecto, los cuales requieren de diseños narrativos y productivos específicos. La actividad cinematográfica involucra a cientos de personas y está regida entre otras cosas por leyes, contratos, sindicatos y acuerdos internacionales, vinculando a productores, directores, coproductores, socios y actores durante años”.
Los condicionantes económicos se ven en la pantalla
“No es lo mismo hacer una película con cuatro amigos o con un dinero que heredamos de un tío y rodada en nuestra casa familiar, que hacer una película que implique un contrato con una distribuidora internacional. Cualquier manera en que abordemos un proyecto cinematográfico o audiovisual, tiene un condicionante económico que se va a ver en la pantalla”.
El cine y el audiovisual son industria
“Hay una falta de dicotomía entre industria y cultura. En el cine la cultura se demuestra de manera industrial, porque es una producción cara y compleja.
Un productor o productora tiene por delante un vínculo de muchos años con el resto del equipo de una película. Yo todavía le remeso dinero a actores que tenían una participación en una película de hace 10 años atrás, porque a veces se cierra una venta internacional en algún lugar y hay que volver a repartirle a todo el mundo; lo cual también es un condicionante para decidir sobre un producto audiovisual”.
Pensando en el lanzamiento
“Desarrollo, producción y lanzamiento están siempre vinculados. Desde el desarrollo, uno tiene que estar pensando en el lanzamiento de su producto. En mi experiencia, no funciona hacer todo el esfuerzo intensivo en el aspecto de la preproducción, el rodaje y la postproducción, que es cuando más gente tenemos a nuestro cargo, cuando más dinero gastamos y cuando más problemas hay. Eso no tiene sentido si en el desarrollo no pensamos qué vamos a hacer después, cómo y a quién se lo vamos a mostrar -cuál es nuestro target de público-, qué expectativa económica tenemos, y cuál es el punto de equilibrio”.
“Si no trabajamos en el desarrollo acerca de las ideas para el lanzamiento y la comercialización, habremos hecho un enorme trabajo intermedio que podrá ser muy frustrante porque cuando llegamos al final nos encontramos con el abismo de la distribución. Por eso lo tenemos que afrontar desde el comienzo”.
Parámetros de éxito
“El éxito es algo muy subjetivo. A mí me gusta que lo que produzco lo vea la mayor cantidad de gente. Es exitoso hacer público, pero de alguna manera también lo es acudir a un festival o vender tu producto a una plataforma a buen precio. La idea es bastante compleja, porque obviamente para un creador el éxito será el reconocimiento de su obra, para un guionista será que su guion sea comprado para una remake o para otros formatos, y como productora para mí el éxito es que la película sea vista”.
“Una película exitosa en todos los aspectos, para mí ha sido ‘El Secreto de sus Ojos’. Le fue muy bien de público, fue vendida en el mundo entero y ganó un Oscar e infinidad de premios. Fue una obra que nos catapultó y nos potenció a todos los que en ella participamos, pero que también fue muy pensada desde un buen comienzo, desde quién fue elegido en el casting a cómo se trabajó esa historia, con un director que venía de hacer películas de mucho contacto con la gente pero que se arriesgaba a un tipo de relato muy distinto; era un nuevo Campanella y tuvimos que planificar cómo presentarlo”.
Cine, series de ficción, Netflix, salas…
“Estamos en un proceso de cambio de paradigma y hay una gran retroalimentación entre los contenidos audiovisuales y el cine puro. La experiencia de la sala es la que un consumidor usuario elige y decide hoy más que antes de una forma cotidiana. Antes era algo casi automático, pero ahora se piensa y se decide qué hacer. El año pasado fue el año de mejor taquilla en la Historia del mundo, pero estuvo concentrada en unas 10 grandes películas de Hollywood, específicamente de superhéroes. Hoy el público va a las salas a ver una película concreta y a tener una experiencia determinada, a verla en un gran tamaño de pantalla, a escuchar un sonido,… y ése es el hábito que yo creo que se busca en la actualidad y que seguirá en la era post-Covid. Quien vaya al cine irá muy a conciencia”.
“En cuanto a las plataformas, quien está hoy en día produciendo contenidos argentinos es Netflix y un poquito Amazon. ¿Qué quiere Netflix para Argentina? Quiere algo que en principio funcione en el territorio argentino pero que esté bajo la idea de que estamos produciendo para el mundo, porque pasa algo parecido a las salas: si uno tiene éxito en los cines, probablemente venda la película mejor afuera posteriormente. Las plataformas no están interesadas en contenidos globales, -si se globalizan, bien!-, sino que primero siguen buscando contenidos que funcionen en el país de recepción pero que tengan la potencialidad de tener un alcance mundial. Producir obras originales es muy complejo”.
“Además de estas operadoras bajo demanda, debemos tener en cuenta lo que está pasando con las plataformas de las grandes distribuidoras norteamericanas que están creando sus propias redes digitales. Disney ya tiene una que va a ser un Súper-Netflix, porque tiene toda la videoteca de Disney y Fox juntas, y todo lo que se pueda esperar de eso estará a disposición de los suscriptores. Ésa, la de Warner y la de Universal van a ser una gran competencia para Netflix y Amazon”.
“Igualmente hay que tener en cuenta que esas plataformas no tendrán que compartir su recaudación con exhibidor alguno que normalmente recibe un 50% del precio de las entradas, sino que ellas se harán con el 100% de la recaudación”.
La distribución de cine
“La producción tiene que contemplar las tareas de la distribución, la cual es un trabajo específico, aunque quizá si nos decidimos a unificar ese conjunto, alguna vez los productores terminemos siendo distribuidores al mismo tiempo, dependiendo de qué tipos de contenidos. Lo que tienes que tener es un producto que sea atractivo, que salte a la vista”.
“Para la promoción, en principio ese dinero lo tendría que poner el distribuidor y no el productor, porque nosotros producimos y tenemos que mostrarle al distribuidor un producto que le interese tanto, que ponga todo el dinero. Y el porcentaje del costo del proyecto depende de muchos factores. Los norteamericanos triplican el costo del valor de una película en su fase de distribución. Mientras más campaña le hagas y más gente sepa que ese contenido está disponible, mejor”.
Producción de documentales
“Pienso que éste es el momento para hacer documentales para las plataformas. Yo creo que es un contenido posible, post-pandemia, con el que se puede elaborar un proyecto que esté muy bien y con elementos menos complejos que una ficción, quizá con entrevistas, con material de archivo, algo de un tamaño más pequeño, más manejable, más fácil de producir a nivel de los protocolos de seguridad que por un tiempo vamos a tener que cumplir, y que así serán”.
“Hoy si me proponen una ficción les diré que no. De ningunísima manera me meto en el lío de producir una ficción en estas condiciones, pero sí puedo pensar en hacer un documental; por supuesto si hay una buena historia atrás, porque los documentales, para mí personalmente, tienen mucho que ver con que me interese la historia que se está contando y con un director o directora que tenga un punto de vista interesante sobre el tema”.
“Yo soy realizadora de documentales, así que es un mundo que adoro, y cuando los produzco, mucho tiene que ver con poder ver la mirada que tiene el autor sobre lo que va a abordar”.
©José Luis García/Cinestel.com