Vivir en crisis, libertad de expresión, descontrol y caos

El Festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona siguió con su compromiso iniciado hace una década de ofrecer trabajos cinematográficos que tratan la vulnerabilidad de los derechos individuales y colectivos de las personas. Un film sobre la crisis en Grecia e Italia, dos documentales sobre periodistas asesinados en México, otro sobre un vertedero de basura electrónica en África y uno más acerca de la violencia permanente en una comuna de Medellín formaron parte de la programación.
El director australiano de ascendencia griega Bill Mousoulis estuvo en Barcelona para presentar su último filme, «Wild and precious», en el que a través de la descripción de la vida actual de un cineasta venido a menos por la crisis económica, nos ofrece detalles del universo que lo rodea en dos contextos diferentes, Grecia e Italia.
Alessandro Figurelli es un actor italiano que dice ser cineasta y que en la película sostiene una cámara fotográfica con una sola mano y va captando instantáneas durante los disturbios y manifestaciones por la crisis económica griega mientras se revela en pantalla como un desencantado de la situación. Da la sensación de que quisiera intentar captar con el objetivo algún atisbo de razonamiento lógico sobre lo que está sucediendo en su país de residencia.
En Milán viven su hija Andrea y su esposa Irene y durante el film acude a verlas, siendo inevitable percibir el contraste entre uno y otro lugar; en Atenas está su trabajo profesional y en Italia su vida íntima y esta separación nos hace presentir que no es alguien que aboga por las relaciones estables. «Wild and precious» tampoco acaba de definir qué es lo real y la ficción en esta historia y Alessandro funge como asistente de dos reporteros de la televisión australiana, pero sí es una reflexión válida sobre los diferentes contextos y temperamentos que se pueden encontrar a tan sólo dos horas de avión.
También la muestra sobre derechos humanos reconoció el trabajo del documentalista mexicano Ricardo del Conde y organizó la proyección de dos cortos documentales que tienen que ver con la libertad de expresión, ambos sobre asesinatos de periodistas en México: el primero sobre la articulista Regina Martínez de Veracruz (foto) y el segundo sobre Armando Rodríguez «El Choco», reportero del Diario de Juárez cuyo asesinato golpeó a toda una generación de periodistas.
La exhibición estuvo acompañada de un coloquio en el que también participó Omar Rábago, sociólogo de la UNAM especializado en derechos humanos que trabaja desde 2001 en ONG’s y concretamente ahora en la organización internacional Article 19, cuyo nombre hace referencia al artículo de la Declaración Universal que defiende la libertad de expresión y que se encarga de dar protección a los periodistas amenazados en el ejercicio de su profesión.
Rábago estuvo hablando sobre el miedo de algunos periodistas a seguir en sus labores y el abandono de una parte de ellos que prefieren pasar a dedicarse a otros trabajos en vista de la inseguridad existente. Según dijo, hay autoridades que también presionan a los editores de los diarios para que depende de que noticias no se publiquen y mencionó la publicidad institucional como una de las armas que emplean para persuadir al diario llegando a provocar incluso autocensura.
Preguntado sobre el reciente acuerdo para difundir noticias sobre amenazas a periodistas y la libertad de expresión con el redactor jefe de la productora internacional Radio Nederland de Holanda, el sociólogo se mostró satisfecho y pidió que más medios internacionales se impliquen en este problema ya que los necesitan porque dentro de México no se puede hacer mucho más y la información en la prensa autóctona sobre lo que está ocurriendo escasea, tanto en los lugares donde se cometen estos crímenes como en otros estados mexicanos que no padecen tan directamente esta violencia.
Otro documental que se exhibió en el Festival trata sobre el mayor vertedero de basura electrónica de África situado en Ghana. La película de José Prieto y Leonardo Llamas, «At the other side of technology», nos enseña las condiciones infrahumanas en las que vive un numeroso grupo de personas que se han desplazado a vivir a ese lugar atraídos por los altos precios que les pagan por el material que reciclan pero con el handicap de que es un caldo de cultivo de diversas enfermedades infecciosas.
Por último, entre la amplia variedad de filmes que se pudieron ver, nos fijamos en el documental que presentó el director del Festival, Toni Navarro, «La comuna 13», con testimonios que dan cuenta de los gravísimos problemas de violencia armada que padece un barrio marginal de Medellín donde cada día sus habitantes salen de casa pensando que probablemente sea el último de sus vidas.
©José Luis García/Cinestel