Mostra: «Zanahoria», de Enrique Buchichio; thriller periodístico

Sección Oficial Mostra de cine latinoamericano de Cataluña (Lleida).
Las dudas y la incertidumbre son una base interesante a la hora de escribir buenos guiones de cine por la intriga y misterio que suelen desprender. Seleccionada en la competencia de la Mostra de Lleida, «Zanahoria» atrapa lo mejor de estas características para desarrollar una historia creada a partir de unos hechos reales que tienen que ver con injusticias todavía hoy irresueltas causadas en el transcurso de la última dictadura militar del Uruguay. La película mantiene el pulso de un enigma que surge cuando un miembro del ejército contacta con dos periodistas, uno veterano y el otro principiante, con la intención de revelar pruebas sobre crímenes de lesa humanidad hasta entonces nunca investigados.
El filme describe todo ese proceso de contactos, a veces furtivos y paranoicos, que oscilan entre la ansiedad y la necesidad profesional de documentar esa verdad. En director Enrique Buchichio responde las preguntas de Cinestel:
– ¿La construcción del guión de «Zanahoria» parte de algún hecho que te conmovió?
La inspiración surge de la crónica periodística publicada por los dos periodistas que vivieron la historia, en octubre de 2004. Apenas terminé de leerla por primera vez tuve la sensación de que allí había material interesante para una película, pero no fue sino hasta unos meses después, a mediados de 2005, en que me propuse seriamente intentar adaptar aquella crónica a un guión cinematográfico.
– La película me parece que, al menos vista desde fuera del Uruguay, es un reconocimiento en toda regla a lo que debería de ser el periodismo de investigación. ¿Quisiste expresar lo que son dos profesionales comprometidos con su trabajo?
Sin duda esa fue una de las cuestiones que me motivaron a hacer la película: el rol que juega la prensa independiente en la construcción de la memoria histórica de una sociedad. La historia me permitía abordar no sólo cuestiones éticas sobre hasta dónde debe llegar un periodista para conocer la verdad y transmitirla, sino también sobre los riesgos inherentes a la profesión, sobre el complejo y delicado manejo de las fuentes de información y la confianza que se establece con estas, que siempre buscan algo a cambio por otra parte.
– Hay veces que una historia real es costosa de elaborar para el cine con los datos de que se disponen. ¿Conseguiste acercarte mucho a ese hecho, o te viste obligado a incorporar algunas subtramas añadidas para cuadrar el guión?
Usé la historia real y sus circunstancias como base, como columna vertebral de los hechos que narra la película, pero por supuesto que me tomé muchas libertades. Hay eventos que quité, otros que inventé y otros que cambiaron. Y por supuesto me tomé muchas libertades con los personajes, manteniendo en el caso de los periodistas sus nombres reales pero convirtiéndolos en personajes de ficción en sus propios términos. Fue un proceso largo y costoso, de mucha reescritura, en el que me llevó un tiempo incorporar elementos propios de la ficción que hiciesen funcionar mejor la trama.
– Tras la llegada al poder de fuerzas de izquierdas, ¿se ha avanzado en el país de cara al esclarecimiento de los crímenes que ocurrieron?

Enrique Buchichio
Se ha avanzado algo, aunque muy poco. Ha habido algunas medidas oficiales, como la publicación de informes a pedido del primer gobierno de Tabaré Vázquez (2005-2010), o la decisión – inédita hasta entonces – de ingresar a los cuarteles y predios militares donde se sospechaba la existencia de enterramientos clandestinos de presos políticos. También ha habido procesamientos de algunos de los militares y civiles responsables de varios de los crímenes de lesa humanidad cometidos en dictadura. Pero aún queda mucho por saberse, sobre todo el destino final de la gran mayoría de los detenidos desaparecidos, y en qué condiciones fueron asesinados y desaparecidos. De los aproximadamente 200 desaparecidos políticos en dictadura, a más de 30 años de democracia sólo se conocen las circunstancias finales de unos 6, de manera que queda mucho por esclarecer todavía.
– A César Troncoso lo conocimos en algunas películas premiadas en otras ediciones de la Mostra de Cataluña, como son «El viaje hacia el mar», «Matar a todos», o «El baño del Papa». ¿El que sea un actor con notable experiencia, te facilitó el rodaje? ¿Pudo aportarle carácter propio a su personaje?
Sin duda que trabajar con un actor tan experimentado como César le facilita bastante las cosas a un director. Yo había trabajado con él en un cortometraje, dirigido por un amigo y en el que hice la continuidad, y luego hizo un pequeño papel en mi primera película, El cuarto de Leo (2009). Y me había quedado con muchas ganas de volver a trabajar con él en un personaje protagónico. Si bien en Zanahoria, en una primera instancia, había pensado en él para uno de los periodistas (el más veterano), por cuestiones de conformación del elenco decidimos finalmente que fuera Walter, y creo que fue la mejor decisión sin dudas. César le aporta al personaje un carácter y una multidimensionalidad que lo hacen magnético y enigmático, a medio camino entre lo sombrío y lo patético. Y además es un actor que aporta mucho en materia de detalles que enriquecen al personaje, que le dan vida.
– Creo que Argentina y Brasil son otros dos países involucrados en el filme. ¿Hasta qué punto tuvieron que ver en el desarrollo de esta intensa historia dominada por las dudas de los dos periodistas?
El film es una coproducción con Argentina únicamente, aunque Brasil tiene algo que ver en el sentido de que el proyecto quedó seleccionado, en el año 2011, en la primera edición de Brasil Lab, un taller de desarrollo de proyectos realizado en San Pablo en el que trabajé mucho el proyecto junto a tutores. Luego fuimos becados por Fundación Carolina y Casa de América en Madrid para el Curso de Proyectos Cinematográficos Iberoamericanos, donde también el proyecto creció muchísimo. De hecho creo que España le trae mucha suerte al proyecto: el debut internacional de la película fue en el Festival de Huelva, donde obtuvimos el Colón de Oro y otros dos premios paralelos. Y ahora nos da mucho gusto volver en la Mostra de Cataluña.
©José Luis García/Cinestel.com