El 16º Festival de Cine Judío de Barcelona presenta una heterogénea selección de filmes
Abordada desde muy diversos puntos de vista y procedencia geográfica de sus realizadores, la edición de este año que concluyó este 15 de junio, contó con una recopilación de películas que en su mayor parte tienen como nexo en común la necesidad de aprender a sobrevivir, y hacerlo desde la ternura. Con la presencia de Agnieszka Holland, Rama Burshtein y Alice Agneskirchner, entre otros realizadores sobre los que se proyectaban películas, estos son algunos de los filmes que se han podido ver.
MOLHO, A BOOKSTORE IN SIX CHAPTERS
El cortometraje define en seis capítulos la historia de Solon y Renee Molho, miembros de la comunidad sefardita más grande que ha existido nunca, establecida en la ciudad griega de Salónica. Con fotografías e imágenes de distintas épocas así como infografías que apoyan el relato, el realizador alemán Wolfgang Els nos habla, no sólo sobre la existencia de 90.000 judíos en el lugar que al término de la II Guerra Mundial casi todos ellos habían desaparecido, sino también sobre la historia de esa familia que está indefectiblemente unida a la de la conocida Librería Molho, que fuera una de las más concurridas de esa localidad de Grecia.
«Molho, a bookstore in six chapters» cuenta a través de la voz en off de Nina Molho en idioma ladino, la historia de la ciudad, la del primer matrimonio Molho en instalarse en el lugar, cómo se educaba a los niños de las distintas comunidades religiosas que convivían en absoluto respeto, la defensa de la ciudad ante la invasión del fascismo italiano, la posterior ocupación nazi alemana con su intensa represión, y el logro de que el matrimonio sobreviviera gracias a las gestiones de un diplomático español.
THE ISRAELI CODE
Mediometraje de Ayelet Dekel que es un relato de observación ameno, divertido, inteligente, pero sobre todo auto-crítico sobre cómo son y se comportan los israelíes en su vida cotidiana, poniendo especial énfasis en las relaciones sociales, sus espacios personales, las manifestaciones públicas de patriotismo que se dan en distintos ámbitos, y un sentido de culpa compartido presentado en un tono desenfadado que invita a la reflexión. Con una narración muy dinámica, la cámara observa con curiosidad los distintos usos que se hacen de la bandera y los variopintos lugares donde se coloca. También critica con especial vehemencia el excesivo uso que los habitantes de ese país sin fronteras definidas hacen del teléfono móvil celular y se adentra en otras muchas costumbres autóctonas que les definen y que ya forman parte de su identidad.
IN DARKNESS
La cineasta polaca Agnieszka Holland presentó en el Festival esta película que aún no ha sido estrenada en España pero que en la Seminci de Valladolid resultó premiada en la categoría de Mejor Dirección y que incluso fue nominada a la mejor película extranjera en los Oscar de Hollywood. Basado en un hecho real relatado en el libro «The Sewers of Lvov» de Robert Marshall, el largometraje es la crónica del encierro de un grupo de judíos polacos en el alcantarillado de la ciudad de Lvov que tratan de esconderse de la liquidación mediante extermino del gueto por parte de los nazis.
La veterana directora dijo en Barcelona que esta es una de las películas más difíciles que ha hecho, tanto por las condiciones de trabajo como por las de iluminación, resuelta con gran eficacia si tenemos en cuenta que casi todo el film transcurre en un lugar inhóspito donde reina la oscuridad, como bien indica el título de la película «In Darkness» (En la oscuridad).
Todas las personas allí ocultas reciben la ayuda interesada de Leopold Socha, un mediocre, mezquino y avaro empleado de las alcantarillas que, según la realizadora, «veía a los judíos como escoria y los judíos tampoco lo veían a él como una persona». Ella explicaba que entre los que ayudaron a los judíos, la mayoría lo hacía a cambio de dinero. Sólo un 5% de ellos lograron sobrevivir. «Yo considero que el holocausto es una historia inacabada que podría volver a iniciarse en cualquier momento», aseguró en el Festival.
Varias cosas más llamaron la atención de este filme durante su pase en Barcelona: la calidad de la adaptación cinematográfica, el empleo de un dialecto polaco que se hablaba en la localidad y que ya está desaparecido, y la buena dirección de actores infantiles. Algunas partes de la película se rodaron en unos estudios de Londres y otras en el mismo alcantarillado de esa ciudad polaca.
UN VOYAGEUR
Documental en el que el hijo de Max Ophüls, el singular y pionero documentalista germano-francés Marcel Ophüls se retrata a sí mismo sin ambages ni rodeos, narrando los distintos avatares de su vida, pero también sus logros y amistades. Nacido en 1927, huyó con sus padres pocos años después a Francia, desde donde pasó a España en 1940 y de ahí los tres tomaron rumbo hacia los Estados Unidos donde viviría 10 años antes de regresar a Francia. Jeanne Moreau, Bertold Brecht, Ernst Lubitsch, Woody Allen, Stanley Kubrick y su gran amigo François Truffaut son algunos de los profesionales a los que ha conocido y se ha relacionado. Película muy recomendable e imprescindible para cualquier cinéfilo que quiera conocer detalles, impresiones e historias fascinantes que Ophüls va recordando, a veces con el apoyo de correspondencia postal cruzada.
EL ÚLTIMO DE LOS INJUSTOS
Documental sobre el controvertido último presidente del Consejo Judío del campo de concentración de Theresienstadt, en la ex-Checoslovaquia, definido cínicamente por Adolf Eichmann como un ghetto modelo, una especie de artificio diseñado para que los miembros de la Cruz Roja Internacional comprobaran la «buena vida» de los judíos deportados por los nazis.
El testimonio fue rodado en el año 1985 con motivo del trabajo de investigación que su director, Claude Lanzmann, había hecho para «Shoa», el más logrado reportaje sobre el holocausto que se ha hecho hasta la fecha. El aspecto más importante de este documental es que pone en duda que aquella defendida «banalidad del mal» de Hanna Arendt fuera posible, pues el entrevistado, Benjamin Mumerstein, habla del pleno conocimiento que el criminal Adolf Eichmann tenía sobre lo que estaba haciendo, una acción brutal y monstruosa, calculada y planificada.
Otra parte importante la constituye las dudas que surgieron respecto a su propio papel dentro del ghetto ya que había sido acusado de colaboracionismo. Mumerstein es un narrador peculiar, irónico y sarcástico, y el film contiene también imágenes de alguno de los filmes propagandísticos que el pasado mes de enero se estuvieron pasando en un ciclo de la Filmoteca de Catalunya, como es «El fuhrer regala una ciudad a los judíos». El antiguo rabino confiesa haber colaborado con Eichmann durante siete años a quien acusa de haber participado en el destrozo de la sinagoga de Viena y también dice que «el presidente del Consejo estaba en disposición de ser una marioneta, pero hasta esta marioneta debía actuar de forma que su posición le permitiera influir en el curso de las cosas. Nadie lo entendía ni debía entenderlo. De lo contrario, se habría llegado a la sangre».
KIDON
Emmanuel Naccache rodó esta película que en un inicio puede parecer una sátira sobre el trabajo de los servicios secretos israelíes pero que en realidad va mucho más allá y se propone cuestionar el uso de la mentira que en general y en diferentes momentos y situaciones se suele hacer. Naccache tiene una perspicaz manera de abordar el relato huyendo adecuadamente de las situaciones hilarantes e introduciendo una ágil descripción de los personajes tal cual se van presentando, aunque más tarde podamos ir descubriendo otras cosas sobre ellos que tal vez no concuerden mucho con lo que inicialmente sabíamos. El final recordó a algunos de los presentes en el Festival a una gran película argentina y en conjunto es un film divertido por las ocurrencias del guión.
Al principio revela unas imágenes captadas en un hotel de Dubai de unos supuestos agentes del Mosad que habrían matado a Mahmoud al Mabhouh en su habitación. Más tarde todo se complica porque desde la central de espionaje están seguros de que no se trata de agentes suyos.
FILL THE VOID
El Festival también pasó la película «Fill the void» (Llenar el vacío) de la directora israelí Rama Burshtein. Más detalles sobre el film, aquí.
©José Luis García/Cinestel.com