FCDH (y II): Primavera árabe, vida sana, premiaciones,…

La unión de las personas para intentar vivir en un mundo mejor frente a las dictaduras tienen siempre sus referentes; un documental que disecciona la interrelación de la actividad humana con la vida de otras personas a miles de kilómetros y una ficción acerca de los marcados contrastes entre la pobreza y la riqueza fueron los trabajos premiados en el Festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona.
El actor francés Boris Rehlinger interpreta a Rémy, un vagabundo que tiene una invitación para una cena gastronómica en el restaurante Le Wepler; decide cambiarse de ropa y acude al lugar donde, tras un rato, Majorie, la camarera, lo reconoce y decide ocuparse de él guardando el secreto, pero todo se complica cuando confunden a Rémy con un escritor famoso.
Premio al mejor cortometraje para su realizadora Valérie Théodore.
El premio al mejor largometraje recayó en el documental «How to start a revolution» del realizador inglés Ruaridh Arrow en el que se ve cómo a medio mundo de distancia de la plaza Tahrir de El Cairo, un intelectual de edad avanzada pasea por la terraza de su casa, en un barrio obrero de Boston. Su nombre es Gene Sharp.
De pelo blanco y ahora en sus ochenta, cría orquídeas, aún tiene que dominar Internet y no parece para nada un hombre peligroso.
Sin embargo, para los dictadores del mundo sus ideas pueden ser el catalizador del final de su régimen. Fuera del mundo académico, la gente no ha oído su nombre, pero sus escritos sobre la revolución no-violenta han inspirado a una nueva generación de manifestantes (sobre todo «De la dictadura a la democracia», de 93 páginas).
El documental «Silent Snow» del realizador holandés Jan van der Berg fue reconocido en la clausura por la organización de lucha medioambiental Survival Internacional. En él se muestra cómo influye el uso de compuestos químicos para la contaminación planetaria y de qué manera el empleo de sustancias contaminantes en un lugar concreto se ve reflejado a miles de kilómetros de distancia.
Los planos árticos parecerían uno de los pocos lugares que todavía no están tocados por la mano del hombre. Nada más lejos de la realidad. Esta película presenta cómo el uso del pesticida DDT en Kenya, prohibido en muchos otros lugares del planeta, afecta directamente a lo que comen los Inuits de Groenlandia, causando enfermedades y muerte prematura.
A los habitantes africanos se les entrega ese veneno para desinsectar sus cabañas.
Otros documentales presentados durante el festival fueron «Taste the waste» del alemán Valentín Thurn, sobre la comida que se lanza a la basura en los llamados países «desarrollados» y que, según sus cifras, podría servir para alimentar tres veces a la población mundial; «Pa’ todo mal» del mexicano Geovanni Ocampo, que muestra los trabajadores de la tierra de Guerrero que luchan contra la adversidad con un sublime humor amparándose en el mezcal para tratar de curar sus penas; el premiadísimo «Justice for Sergei» del holandés Hans Hermans, sobre el extraño fallecimiento del abogado ruso Sergei Magnitsky en un centro de detención en Moscú mientras esperaba un juicio; «Embera» del colombiano Andrés Estefan Ramírez sobre las 35 etnias que se encuentran en vías de extinción en las selvas del Pacífico de Colombia; «La Voz Mapuche» de Andrea Henríquez y Pablo Fernández, una comunidad que lucha por mantener su identidad frente a las imposiciones territoriales externas y «El último dictador de Europa» de Matheu Charles y Juan Passarelli, que denuncia los métodos estalinistas que emplea el actual presidente de Bielorrusia en su implacable represión social y política.
El Festival entregó en su sede de Nueva York un premio honorífico a la periodista norteamericana Amy Goodman por el programa que emite titulado «Democracy Now».
Asimismo la esposa del reportero francés Gilles Jacquier, fallecido en Siria en el ejercicio de sus labores periodísticas, recibió otro de manos de Javier Couso (foto), hermano de José Couso, fotógrafo español muerto por los disparos de las fuerzas militares estadounidenses durante la invasión de Irak.
Amnistía Internacional premió «La verdad oculta», el trabajo de Larisa Kondracki que inauguró este Festival que, pese a tener diferentes sedes, está muy bien estructurado para satisfacer los intereses y la curiosidad del espectador de modo que, si previamente conoces aquellos temas sobre los que quieres profundizar más, sea en una ficción, documental o cortometraje, es muy difícil que te pierdas algunas de las proyecciones.
©José Luis García/Cinestel.com