Darío Grandinetti y Cecilia Roth juntos en «Matrimonio», de Carlos Jaureguialzo
Solemos recordar algunas veces a aquellos actores que nos han impresionado por su desempeño, profesionalidad y carisma frente a las cámaras. Mayoritariamente dos de ellos serían Cecilia Roth y Darío Grandinetti quienes rodaron el segundo largometraje de Carlos Jaureguialzo, un filme que nos habla sobre el amor en la madurez y de los imperfectos, contradictorios y amorosos lazos que pueden unir a dos personas. Su director nos da cuenta de la génesis de este proyecto:
«Mi anterior film que fue mi ópera prima se estrenó en el 2002, hace once años, y el libro de esta película es de mi mujer, Marcela Silva y Nasute. Ella lo escribió en oportunidad de un concurso que organizaba el subte (metro) de la ciudad sobre cualquier temática pero al menos una parte tenía que transcurrir en un subte.
Inspirada en eso y no sé si otro poco en que en esa época estaría leyendo Ulises de Joyce, de quien es admiradora, pensando que tenía que ser una película ambientada en el movimiento de una ciudad, pensó un poco en Ulises y de ahí basó la estructura del relato. Es un día en la vida de un matrimonio y está contada en dos tiempos, en dos tandas, osea, primero todo el día del marido y después todo el día de la mujer, como dato curioso.
Así surgió esta película, «Matrimonio». Después se incorporaron al proyecto Cecilia Roth y Darío Grandinetti para contar la historia de un matrimonio de poco más de veinte años en común con una hija grande que está emancipada y estudiando en el extranjero y a estos dos actores que en la Argentina son muy importantes, les interesó el proyecto, les gustó el libro sobre todas las cosas, porque la verdad es que es una película pequeña en producción, independiente, y aceptaron trabajar en el film por una paga que no es el caché que ellos están acostumbrados a percibir».
– Se da la paradoja de que es la primera película en la que trabajan juntos. ¿Les llamó la atención este hecho?
Sí, exacto, y curiosamente son los dos actores argentinos que trabajaron con Amodóvar pero en distintas películas. Nunca habían trabajado juntos y un poco también el interés fue ése de trabajar en la película. Inclusive ahora están haciendo también en equipo una obra de teatro que está en cartel en Buenos Aires que de alguna manera fue concretada durante el rodaje de «Matrimonio».
– Ahora que lo mencionabas, estuve mirando las previsiones de estrenos en Ultracine y vi que en Buenos Aires se estrenaría tu película el mismo día que «Los amantes pasajeros» de Almodóvar. ¿Va a ser así?
Sí, es correcto el dato. Iba a ser así pero definitivamente nosotros estrenamos el 21 de marzo y la de Almodóvar creo que la corren al mes de junio.
– Cuéntanos un poco más acerca de «Matrimonio». ¿Son relatos lineales o incluiste flashbacks?
La película trata solamente sobre ese día, empieza a la mañana y termina a la noche y es exactamente lo que pasa en ese día, es decir, no hay flashbacks. Ellos dos se encuentran al final del día. La primera parte transcurre con la historia de él, la segunda con la de ella y en un tercer momento se encuentran los dos.
– ¿Cómo fue rodar en el subte? ¿Rodaron en la línea A con sus nostálgicos vagones a punto de cambiar su fisonomía?
No, no se rodó en la línea A. El rodaje en el subte es siempre complicado porque los horarios posibles para filmar ahí son en las horas que no hay servicio que es entre las once y media, si cortan el servicio y hasta que se puede entrar a filmar se hacen las doce y de ahí hasta las cuatro de la mañana, así que hubo que filmar en esos horarios y se filmó en la línea D que ahora está en función, pero en verdad nosotros habíamos elegido una estación de la línea A que es una de las más bonitas.
En realidad toda la línea A es muy bonita, los subtes que circulaban por ella también porque son de 1900 son coches antiguos, muy lindos que por ahí hubiera que haberlos puesto en condiciones más que cambiarlos, pero por un tema interno de Metrovías que hace muchas maniobras para mover coches por la noche y pasan muchos coches por esa estación, entonces no nos permitían filmar en esas estaciones así que nos dieron otras a elegir.
– Trabajaste como ayudante de dirección con Gabriela David en «La mosca en la ceniza» y quería hacer un recuerdo especial de esta profesional. ¿Cómo fue este trabajo con ella?
Yo tenía mucho cariño por Gabriela. Nosotros empezamos en el cine más o menos para la misma época. Mi debut en el cine fue en el año ’82 como meritorio, que se llama en la Argentina el primer trabajo, en «El desquite», la primera película de Desanzo como director, porque ya había trabajado en la fotografía de otras, y a partir de eso seguí trabajando en cine en la rama de dirección, primero como pizarrero, después como primero de dirección, luego como continuidad y más tarde como asistente y Gabriela que fue hija de otro director de cine, Mario David, también empezó la carrera como yo así que nos cruzamos unas cuantas veces en nuestra trayectoria, hasta que finalmente trabajé como asistente en «La mosca en la ceniza», su última película. Así que siempre la recuerdo con gran cariño, en verdad falleció muy joven de una enfermedad que ahora está muy vigente y la tengo también gran cariño por la película que fue un duro y lindo trabajo.
– De igual manera también has trabajado en «Cartas para Jenny» que fue filmada en la provincia de San Luis.
Se filmaron casi dos terceras partes en la provincia de San Luis, después se filmó también en Israel y en Barcelona porque es una coproducción de Argentina con Israel y una parte de España con Luna Films y ahí también fui asistente de dirección.
San Luis Cine llevan más de cincuenta películas terminadas. De hecho, nosotros estamos por rodar nuevamente ahora en abril, pocos días después del estreno, mi tercera película y el cien por cien del film se va a hacer en la provincia de San Luis.
©José Luis García/Cinestel.com
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