Festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona; reflexiones para la acción común

Disponer de una buena información es una de las partes fundamentales para que podamos tener un mejor criterio sobre las cosas que suceden a nuestro alrededor, las que nos ocurren a nosotros y las que nos puedan suceder en un futuro. El Festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona cumple esa función exhibiendo no solamente documentales sobre casos reales, sino ficciones que nos acercan a problemáticas que quizá no nos sean tan lejanas como a simple vista nos parecen. Además, participa también activamente en la producción de trabajos cinematográficos.
El palmarés de la décima edición del Festival estuvo encabezado por el documental «La Plataforma» de Jon Herranz, un trabajo que mereció el reconocimiento a la mejor película, principalmente por no estar alineado sobre la base de casos particulares sino que ofrece información y opiniones de especialistas en el tema y juristas que nos ponen en la duda sobre si lo legítimo es lo legal. En ese sentido ofrece una información muy completa que invita incluso a verlo más de una vez.
Como mejor cortometraje fue premiado el filme del alemán Christopher Bisset «Five ways to kill a man» (Cinco formas de matar a un hombre), un título que en plan metáfora nos introduce en la responsabilidad personal para la acción colectiva, bajo las consecuencias de nuestras decisiones en todos aquellos temas que nos parecen demasiado familiares y los efectos que se nos vienen encima.
Survival International, entidad que lucha por el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, otorgó su premio anual al documental «El oro o la vida» del guatemalteco Álvaro Revenga que ilustra cómo para algunas grandes multinacionales el fin justifica los medios. En Guatemala más de cincuenta pueblos mayas han decidido poner freno a la expansión de compañías mineras por medio de consultas comunitarias.
Amnistía Internacional entregó su premio anual en el Festival a un documental del austriaco Sebastian J.F. que se centra en hechos e imágenes de la guerra de Irak sobre los que se deduce que la Administración Bush «destruyó radicalmente las libertades civiles y el Estado de Derecho». El filme considera que «el tratamiento de los detenidos, el uso de la propaganda, así como el lenguaje orwellano como ‘combatientes enemigos ilegales’ y ‘los métodos de interrogatorio mejorados’, sentaron las bases para un viaje al lado oscuro de la naturaleza humana».
El Premio Periodismo Internacional y Derechos Humanos fue entregado por su anterior receptor Javier Couso -hermano del reportero José Couso- al mexicano Ricardo del Conde, documentalista y promotor cultural en el estado de Morelos que desarrolla un proyecto llamado «La Carreta Cine Móvil» para llevar otro tipo de cine distinto al comercial a los lugares más recónditos y diversos de México.
©José Luis García/Cinestel.com