Películas europeas que compitieron en el 28 Festival de Mar del Plata

Argentina es un país que ha conseguido materializar una potente industria cultural que en el caso del cine cuenta con un gran respaldo del INCAA, el Instituto Nacional del Cine y las Artes Audiovisuales, lo que beneficia no sólo la producción, sino también la educación en la diversidad de sus ciudadanos, uno de los aspectos más positivos que conciernen al cine. La llegada de Fernando Spiner como productor general del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata también ha contribuido a la profundización del camino emprendido en 1952 por un grupo de amantes del séptimo arte y en Buenos Aires se tiene mucha confianza en que se continúe por esa senda. De entre los films que concursaron en Competencia Internacional, vamos a hacer referencia a los procedentes de Europa.
«La bataille de Solférino», de Justine Triet (Francia)
Ópera prima en largometraje de la directora francesa que está centrada en la jornada electoral que dio la victoria al actual presidente de Francia, François Hollande, y concretamente en la calle parisina de Solférino que alberga la sede principal del Partido Socialista francés donde la periodista ha ido a cubrir la noticia. En esa zona plagada de multitudes veremos que se están librando dos «batallas», la que corresponde a ese día de las elecciones y la que libra la reportera televisiva Laetitia con su ex-marido que está empeñado en ver a sus dos pequeñas hijas ese día festivo sin que le corresponda por mandato judicial.
El tema principal que desarrolla «La bataille de Solférino» es el de la gestión individual del tiempo, pero también podemos encontrar otros como son la carencia de sentido común en las relaciones humanas, en este caso las de una ex-pareja, y la indefinición de roles, sobre todo cuando vemos a un vecino de la periodista llamado Vatsana teniendo que echar al padre de las criaturas en ausencia de ella. Triet nos pone delante de nuestros ojos una sociedad desquiciada, histérica y desordenada en una fluida comedia, a veces calmada y otras dramática, cuyo actor Vincent Macaigne, el que hace de padre, fue premiado por el jurado oficial de Mar del Plata. Una audaz y provocativa propuesta que se desarrolla sobre algunas inspiraciones contemporáneas, modulando eficazmente lo público con lo privado.
«The Eternal Return of Antonis Paraskevas» (Grecia)
Lo que al principio parece una estricta alegoría sobre la crisis griega, acaba siendo otra cosa. Antonis Paraskevas es un legendario presentador de la televisión de Grecia quien estuvo al frente de un programa masivo de la televisión a lo largo de dos décadas y que de repente decide desaparecer e internarse en un hotel cerrado en invierno. La debutante griega Elina Psykous nos representa en esta película originalmente una parte de los motivos que han llevado a su país a la profunda crisis económica en la que se halla y que tienen que ver con el comportamiento individual y colectivo de la gente. Paraskevas se va a vivir a un edificio con toda clase de comodidades, un buen establecimiento hotelero, y si en un principio nos haría pensar que puede querer estar viviendo como un rico sin serlo, pronto nos vamos a dar cuenta de que no, pues lo vamos a ver haciendo trabajos en la cocina donde además siempre está cocinando y comiendo lo mismo, unos spaghetti aderezados con salsa pre-fabricada y unas extrañas algas que funcionan como un elixir exótico.
Seguiremos pensando que quizá se siente rico de prestado y sin que en realidad el lugar donde está sea suyo, a imagen y semejanza de una parte de quienes viven endeudados con multi-créditos. Pero tampoco. Hay algo más dentro de la película que tiene que ver con la codicia de los números, el comportamiento humano más allá de cualquier crisis, y eso se nos va a ir mostrando en una segunda parte de la película que circula hasta el desconcierto total como crítica hacia los miembros de una sociedad que no han sabido planificar porque no han reflexionado lo suficiente acerca de lo que es eso que llamamos globalización. Psykous combina ambas cosas, quizá porque en realidad acaban siendo lo mismo, y se ha permitido algunos subrayados a lo largo del film. Entre ellos está la noche de fin de año en la que entró en vigor la moneda única europea, el euro, que acontece durante la solitaria presencia de Paraskevas en el hotel, y el canto que el showman hace del tema musical de Julio Iglesias, «Me olvidé de vivir», cantado de principio a fin.
«The Strange Little Cat», de Ramon Zürcher (Alemania)
«El extraño gatito» es la ópera prima de este suizo radicado en Alemania. Sin demasiadas pretensiones, Zürcher quiso plasmar en este filme lo compleja que es la dinámica social de una familia cualquiera en el marco actual, tanto en sus momentos entrañables y de ternura como en los de relativa confrontación. La gracia de este film es que, como se focaliza en lo más cotidiano, nos podremos ver identificados o quizá no, con algunas cosas que suelen pasar un día cualquiera en nuestras familias. De hecho, la película narra lo que ocurre en un solo día en el que los hermanos Karin y Simon están visitando a sus padres y a su hermana pequeña Clara.
El realizador no sale de ese lugar por lo que la historia que vemos siempre está entre esas paredes, un universo hermético dominado por las conversaciones y actividades aparentemente cotidianas junto con las frecuentes apariciones de ese gatito familiar. Hay momentos de entendimiento mutuo, de conversación y también de silencio, casi siempre rotos por el griterío de esa niña que quiere llamar la atención con su helicóptero. Pocos conflictos significativos tiene la película pero es que, ¿no es así en muchos casos cuando se recibe la visita de unos seres queridos?
También participó la película española «La Herida», cuya actriz principal Marian Álvarez se llevó el premio a la Mejor Actriz en Mar del Plata. El análisis del film se puede leer aquí.
©José Luis García/Cinestel.com