Qué ocurre en el cine argentino (1); La postura del Instituto de Cine
No parece una buena idea cambiar todas aquellas cosas que funcionan bien, pero también hay que reconocer que está en su derecho que los nuevos gestores de un ente federal apliquen el modelo que ellos consideran oportuno, aun cuando ellos mismos reconozcan que la situación es atípica dentro del sector. ¿Habrá que achicar los presupuestos de las películas? ¿Qué ocurrirá con el cine de autor? ¿Seguirá habiendo presencia de cine argentino en los festivales de cine internacionales? ¿Qué le pasa a la financiación de las películas? ¿Procederán a descontinuar más festivales a nivel nacional? ¿Saldrá el cine argentino de la parálisis en la que se encuentra? ¿Funcionarán los comités de selección de filmes? ¿Y qué va a pasar con los documentales? ¿Seguirá apoyando el INCAA una diversidad de proyectos?
Para tratar estos y otros temas, se reunió por tercer año consecutivo la Multisectorial Audiovisual que en su programa congresual recibió la comparecencia del actual equipo de gestión del Instituto de Cine.
«Tenemos claro que no están bien las cosas», acabó reconociendo el actual presidente del INCAA ante una pregunta del director Carlos Galettini en torno a la necesidad de que surja una ley de cuotas para la televisión que se cumpla, ya que la actual cuota de pantalla no se cumplió nunca. El problema parece radicar en quién y cómo se controlan estos temas, al igual que ocurre en las salas de cine, donde el Instituto es el primero que tiene que controlarlas, aunque ahora dice que prefiere darle también más herramientas al distribuidor, e incluso a ellos se les está planteando que puedan llegar a acuerdos con los exhibidores para cumplir con «media cuota de pantalla» a cambio de que los dueños de los cines comerciales programen cine argentino en horarios razonables que no sean el de las 12.15 del mediodía o el de las 23.15 de la noche, cosa que parece que sucedía en algunos casos.
Respecto a este tema, recién se publicó la ley 17.741 que regula esa cuota de pantalla y que obliga a los exhibidores a programar una película nacional por sala, en todas las funciones, en al menos una semana cada trimestre del año. También se acordó tasar en un 5% la facturación de Netflix en todo el país.
Balance del primer semestre del año 2018
El INCAA alcanzó en los seis primeros meses de 2018 su objetivo de cumplir con la ley que destina que el 50% de los recursos impositivos vayan al cine, reafirma el avance de su plataforma digital de contenidos con un millón de suscriptores, y reconoce la existencia de unos 700 expedientes que están pre-clasificados, pero que aún no llegaron a entregar la copia A. Hubo 83 rodajes en todo el territorio y 98 estrenos cinematográficos (72 de los cuales, financiados por el ente), además de entregarse 252 subsidios o anticipos.
Durante ese periodo de tiempo también se achicó la plantilla del Instituto, porque entre los 450 empleados que comenzaron el año se pactaron 66 retiros voluntarios, lo cual, según dijo el presidente Ralph Haiek, supone «un gasto ahora, pero un importante ahorro a futuro».
El nuevo Plan de Fomento
A principios del año 2017 se puso en marcha un nuevo Plan de Fomento que según Fernando Díaz, presidente de APIMA (Asociación de Productores Independientes de Medios Audiovisuales) no se está cumpliendo, pues al parecer ni siquiera se han nombrado todavía los miembros que compondrán el Comité de crédito. «No nos pusimos de acuerdo para impulsar el Fomento y las actuales convocatorias son insuficientes. Hay atrasos graves en cualquier etapa administrativa del INCAA. Y hay cosas que se podrían hacer mucho más rápido», -reclamó Díaz-.
El presidente del Instituto, Ralph Haiek le respondió que «la realidad está en que estamos en récord de estrenos, récord de rodajes y récord de plata que va a las películas. Esa plata es el 50% del Fomento a 30 de junio». En lo que sí que coincidieron ambos es en que pese a la voluntad de diálogo, todavía no se ha llegado a un acuerdo para llegar a una solución posible con el fin de comenzar a abonar los derechos de autor por fuera de Netflix.
En referencia a los créditos, Haiek afirmó que «el crédito no está más en el Instituto, sino que es parte de este sistema burocrático. Antes lo cobraba el INCAA alegremente al 4%. A cualquier persona que tenga un kiosko o cualquier persona que esté en la calle le gustaría tener un crédito así. La ley lo dice muy claro. Por la ley de cine, el crédito tiene que estar en un banco nacional, con una tasa subsidiada, que es lo que nosotros estamos haciendo, al igual que el logro del 50%» -remarcó-.
Por su parte, el vicepresidente Fernando Juan Lima sostuvo y lamentó que «siempre se ha pensado el Fomento como sólo a la producción, no a la distribución ni a la exhibición», y abogó por una mayor igualdad en torno a la participación de las mujeres en la industria a nivel federal y un incremento de los apoyos al cine independiente.
Festivales y Espacios INCAA
«Claramente sabemos de la importancia de los Festivales, su componente Federal y también la problemática. Osea que aprovecho para presentar disculpas», dijo el actual presidente del INCAA en respuesta a una pregunta de la representante de la Asociación de Festivales Nacionales RAFMA, que exponía la compleja situación que han atravesado recientemente algunos de ellos.
Haiek pasó a asegurar que «no se han hecho menos festivales y los términos de pago son siempre más o menos los mismos, malos. Por eso te digo que no estamos contentos con el sistema, tampoco en Festivales, y sí que tenemos una propuesta para el año que viene que la está llevando nuestro gerente institucional Santiago Rosso para que ese sistema sea mucho más ágil y apoye a los festivales como lo merecen».
Desde que asumió el nuevo equipo de gestión en el Instituto con motivo del cambio de gobierno habido en la Argentina, lo cierto es que unos cuantos festivales de cine fueron descontinuados.
– Y entre los que fueron suspendidos se encuentra Pantalla Pinamar, un encuentro anual que unía las cinematografías de Argentina y Europa, para cuya edición del año 2018 el INCAA pretendió reducir sus aportes económicos hasta sólo el 25% del total del presupuesto del año anterior; una cantidad a todas luces inasumible para una muestra de carácter internacional.
Extrañamente se le asestó un mazazo a la promoción de cine europeo en Argentina, dentro de un festival que según datos de la Gerencia de Fiscalización del Instituto de Cine, rozaba el 100% de media de asistencia a las salas en todas sus funciones, mientras que las embajadas que querían hacer presentaciones y ciclos especiales debían de esperar varios años para ser incluidas en la copiosa programación.
Para colmo de males, la Intendencia del municipio poco ayudó al mantenimiento de Pantalla Pinamar con unos cambios radicales de opinión que fueron desde la alabanza anterior hasta la atribución para la Municipalidad por parte del secretario de turismo local, Eduardo Isach, de los montos que sufragaban las Embajadas europeas en sus presentaciones, (en unas declaraciones para un importante medio local que ya han sido eliminadas de Internet). En ellas el edil también calificó como elitista al cine europeo, cuando lo que, como es sabido, la muestra promovía era todo lo contrario, pues allí se trataba de acercar y unir ambas cinematografías.
– En cuanto a los Espacios INCAA, la mayor parte de este encuentro de la Multisectorial para tratar el Plan de Fomento y la Gestión del Instituto, fue referida al ArteCinema del barrio de Constitución. Según Ralph Haiek, esta sala de cine «era una estafa que le costaba al Instituto más de seis millones de pesos. Iban menos de mil espectadores. No cerramos un cine, cerramos una estafa, e incluso hay una demanda penal» -concluyó-.
Fernando Juan Lima puntualizó al respecto que ese local de Buenos Aires era el único por el que se pagaba un alquiler y no era propiedad del Instituto. Además, parece que sus proyecciones eran todas en DVD, según el INCAA. La sala fue puesta en marcha en 2009 por los hermanos Morales desde España y por Diego Dubcovsky, Daniel Burman, Pablo Rovito y Fernando Sokolowicz, quienes abandonaron poco después el proyecto que fue retomado en 2011 por el Instituto.
Un poco de historia
Cuando a finales de 2015 asumió el nuevo gobierno en Argentina, el cineasta Juan José Campanella, quien en aquel entonces presidía la Academia de Cine, entidad que hoy al parecer está dejada de lado por gobierno y autoridades del INCAA, ofició como coordinador para la elección de un candidato consensuado entre la industria del cine nacional. Fue de este modo como Alejandro Cacetta alcanzó la presidencia del Instituto, quien renunció al cargo en abril de 2017 luego de, según dijo él, haber recibido presiones para dar un paso al costado.
Tras la remoción de Cacetta, asumió la presidencia quien hasta entonces había sido el vicepresidente, Ralph Haiek, un hombre que procedía del mundo de la televisión y que por tanto, en un inicio desconocía los entresijos del mundo del cine. Fue a partir de entonces cuando se incrementaron las hostilidades dentro de un sector cuya mayoría de integrantes reclama que haya una pluralidad en el cine argentino y no beneficiar solamente a las grandes productoras.
Haiek afirma estar abierto a ese diálogo que procura mantener con regularidad. «Yo no quiero ser hostil», dijo en el panel de la Multisectorial, pero al mismo tiempo insiste en que quiere que aquellas cuestiones que se le propongan «estén basadas en la realidad».
Sobre la continuidad de la autarquía del INCAA y algunos otros temas, habría tenido mucho que decir el actual ministro titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, quien estaba invitado a hablar por la Multisectorial, pero excusó su presencia en el último momento. «Si Lombardi no viene, podemos contar un chiste y todo muy lindo», -bromeó Ralph Haiek-.
©José Luis García/Cinestel.com