Ramiro Ledo: “Promio trabaja para la defensa de la diversidad”
Algunos exhibidores de cine de autor e independiente cuyas salas se hallan en el territorio español se comenzaron a unir el año pasado en torno a Promio, una red de cines que defiende la diversidad de las creaciones cinematográficas más allá del concepto de cine comercial (también llamado de entretenimiento) que sostienen las majors en numerosas pantallas.
Desde su puesta en marcha, en noviembre pasado, cada vez son más los espacios de exhibición que se están sumando a esta iniciativa, -los más recientes, los Cines Golem con sus locales situados en Bilbao, Pamplona, Burgos y Madrid-.
Dieciséis empresas con veinte locales y sesenta pantallas forman parte de este proyecto común que poco a poco se va consolidando.
De hecho, la Asociación ha formado un grupo de trabajo junto a FECE, ANAECE y el ICAA para fijar una propuesta de apoyo a las salas de cine.
Los centros de proyección adheridos a Promio son en conjunto de muy diversa índole y capacidad, pero el motivo de su agrupación es en síntesis su interés por difundir y poner en valor un tipo de cine distinto al comercial, factor que se expresa a través de su diversa programación.
Cuotas de pantalla
La implantación de la cuota de pantalla ha sido históricamente muy irregular en España. A principios de los años 90 hubo un primer intento, solamente para cine español, pero quedó abortado antes de su implantación. Posteriormente, ya en el año 2007, la Ley de Cine -actualmente vigente- marca una cuota de pantalla del 25% para títulos europeos e iberoamericanos, lo cual está indicando que entre un 70 y un 80% del cine que ahora se proyecta en las salas procede de los tanques de Hollywood, pues el límite del 25% es a veces muy difícil que se cumpla a rajatabla.
El caso de las salas pertenecientes a Promio es muy particular debido a que la totalidad de ellas son cines de proximidad, de barrio, y con una programación en su mayoría alternativa al cine procedente de las majors, aun cuando se puede calcular que los espacios interesados en difundir estas películas, dentro y fuera de la asociación, sólo alcanzan un 10% del parque de exhibición total en el territorio español.
Ramiro Ledo, presidente de Promio y nombrado Empresario del Año 2020 por Europa Cinemas, responde las preguntas de Cinestel:
– ¿Las salas adheridas a Promio solamente exhiben el cine que no entra en el circuito comercial?
No necesariamente, porque nosotros también somos salas comerciales. Lo que sí compartimos todos es mucha vocación por hacer programaciones activas, y es muy frecuente que en todas las salas de Promio se puedan encontrar filmes que conviven junto a los estrenos comerciales de más alcance, en títulos cuya programación requiere más trabajo de difusión y de comunicación por parte del exhibidor; pero no es un requisito ni una característica específica.
Nosotros buscamos una mayor diversidad en términos de nacionalidades con el objeto de tener una mejor diversificación en la cuota de pantalla y con un contenido más plural.
– Tenemos la suerte de que Europa Cinemas promociona el cine europeo, pero ¿qué ocurre con las cinematografías de otros lugares del mundo? ¿Cómo se articula su exhibición aquí?
Ése es un trabajo que a quien hay que agradecérselo en primer lugar es a las distribuidoras independientes con las que estamos muy vinculados y, de hecho, Promio es el terreno natural de estrenos de títulos de Adicine o de Próxima, las dos asociaciones de distribuidores de cine independiente que hay en España, y que son las importadoras de contenidos, por así decirlo.
Europa Cinemas lo que hace es apoyar las salas que difunden cine europeo. Nació a iniciativa del Centro Internacional de Cine Francés, es una asociación supranacional, y su línea de trabajo es su defensa del cine producido en la Unión Europea. No existe como tal un ente que defienda a nivel supranacional el cine de terceros países, pero lo que sí que hay son asociaciones en cada país, como en el caso de España Promio, que sí que lo tienen en cuenta y que intentan favorecer la difusión de este cine de terceros países junto al cine de territorios de Europa.
– Francia se podría considerar un país modelo en lo que es la formación de gustos cinematográficos. ¿Vosotros desde Promio veis el modelo francés como algo que se habría de seguir?
Sin duda el modelo francés es un ejemplo sobre el que siempre se habla y además en el que me consta que ha habido iniciativas para intentar extrapolarlo a la realidad española. Lo que ocurre es que es un sistema que nació a principios de los años 80. Estamos hablando de hace 40 años, llevan mucho camino recorrido y esto les ha permitido que el cine haya permeado todas las capas de la sociedad y que esté en una muy sana y activa conjunción con todos los agentes de la cadena: exhibidores, distribuidores, formadores, gobiernos a nivel estatal, regional y municipal. Entonces esto no es sencillo aplicarlo de un día para otro, sobre todo en un terreno como el español, que nunca ha tenido asociaciones que específicamente defendieran la diversidad, como sí existe en Francia.
El esquema francés es importante, así como otros ejemplos que hay en Europa para la defensa de la diversificación en la programación cinematográfica de salas de cine independiente, de autor y de proximidad. Y no es necesario irse a Francia, porque tenemos el ejemplo de Portugal, que es nuestro país vecino y más pequeño que España, donde muy recientemente han implantado unas políticas públicas de apoyo a las salas independientes que defienden también la diversidad de los títulos programados y que son muy interesantes también.
Italia, Alemania y Reino Unido tienen igualmente estos mismos modelos de soporte al cine de autor. Al final miramos un poco hacia todas partes para intentar poder entender la situación en la que estamos a nivel europeo y lo que sea más procedente y factible para su aplicación. Pero es muy difícil aplicar modelos que están ya consolidados desde hace cuatro décadas, como es el caso francés. Para alcanzar eso, necesitamos pasos más pequeños.
– ¿Y pese a que ahora la situación no es muy propicia, crees que en un futuro se podrá integrar bien en este tipo de salas lo que es la esencia del cineclubismo?
Es un factor más que contribuye a dinamizar la exposición de las películas en las salas y es algo que ya existe. Ahora mismo hay un montón de cines que acogen sesiones de Cineclubes integradas en su programación. Generalmente, todas las salas asociadas a Promio cuentan con programaciones dedicadas, construidas con materiales de comunicación específicos y en donde se favorece siempre el encuentro entre la película y los espectadores, muy frecuentemente además acompañadas de encuentros con el equipo artístico o técnico de la película.
Quizás no está suficientemente visibilizado y esa es precisamente la función de Promio, contribuir a la difusión de este trabajo conjunto, que hasta ahora se venía quizá haciendo de una forma atomizada.
Esto implica también esto que tú proponías de sesiones que profundicen y vayan un poco más allá de la propia proyección de lo que es la película, y que puedan acompañarse de contenidos, materiales, introducciones por parte del personal del cine o más especializado por parte de asociaciones ubicadas en el mismo emplazamiento en el que está cada sala.
Eso es algo que los cines de Promio ya hacemos, les hacemos un hueco, aunque no dejamos de ser lugares de estrenos que lo que intentamos es acompañar nuestra programación con contenidos que le dan un valor añadido.
– ¿Y el auge de las plataformas digitales es un complemento a la oferta o un problema para el exhibidor de cine independiente?
Aquí lo que se trata es de poder buscar la manera en que puedan convivir todas las formas de ver películas en un mundo en el que estamos, donde todo se mueve mucho más rápido. Pero no es un problema que alguien a quien le apetece ver una película o un corto en determinados momentos como un viaje o lo que sea, si lo tiene a mano lo pueda hacer. Entonces, todas las tecnologías que hay hoy en día para acceder a una película deberían de encontrar esa forma de convivencia con la gente, que se pueda ver de la mejor forma posible y que se potencie lo que es la cadena del cine para que beneficie a todos.
Tendremos que trabajar conjuntamente con el resto de actores de esta realidad y con las plataformas, por supuesto. De lo que se trata no es de pelearse a ver quién pone antes la película o quién le quita espectadores a quién, sino de la forma en que cada ventana de explotación, -hablando en la terminología más clásica-, pueda exprimir al máximo sus posibilidades, entendiendo que el cine es el lugar en el que las películas se ven en las mejores condiciones y para lo que son concebidas en la mayor parte de los títulos.
©José Luis García/Cinestel.com
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