Qué ocurre en el cine argentino (3); recortes de dinero y menos filmes

Por desgracia se han ido poco a poco cumpliendo las pesimistas predicciones de los distintos colectivos y agrupaciones de cineastas independientes de la Argentina que recién han salido a la calle para protestar contra la política de recortes que actualmente mantiene la gerencia federal del Instituto de Cine (INCAA).
Se desconocen por ejemplo los motivos por los que el organismo lleva desde 2016 ingresando a plazo fijo los montos del Fondo de Fomento, incumpliendo lo que dice la Ley de Cine en ese y otros de sus apartados, como el que le obliga a la concesión directa de créditos (Artículo 24) y no a tercerizarlos hacia entidades bancarias privadas.
Ahora acaba de terminar un BAFICI que por primera vez en sus más de veinte años de historia no ha podido incorporar película enteramente argentina alguna a su sección oficial en competición.
El tiempo pasa y la situación continúa estancada. Ya el pasado mes de noviembre, el antiguo Ministro ahora degradado a Secretario de Cultura, Pablo Avelluto, ordenó que a los ganadores del palmarés oficial del Festival de Mar del Plata no se les diera micrófono para agradecer el respectivo premio ante el auditorio, circunstancia que también afectó a los miembros de los jurados oficiales del certamen cinematográfico. Al parecer, el origen de la decisión estaría en respuesta a unos abucheos que recibió el funcionario durante la jornada inaugural. Esa inédita prohibición no tiene precedentes en ninguna otra muestra de cine en el mundo y contribuyó de forma clara a enrarecer el clima, ya de por sí tenso.
Un BAFICI más reducido
Para el Colectivo de Cineastas menos salas, películas, funciones, trabajadores e invitados en el Festival no es un hecho que haya ocurrido por casualidad. «Las películas independientes que nutren la programación del BAFICI -decían en un comunicado- se encuentran cada vez con menos posibilidades de acceder al fomento del INCAA, Mecenazgo, becas FNA y el Fondo Metropolitano. Los escasos fondos que reciben se licúan violentamente por la devaluación».
En la presentación de esta nueva edición del Festival, los responsables del mismo achacaron esta reducción significativa a una «renovación» del evento. Su sede central abandonó el barrio de Recoleta para ubicarse en el de Belgrano y las salas de la muestra pasaron de 16 a 12, con la consiguiente reducción de películas sobre las que, pese a haber sido siempre un Festival inabarcable, es una realidad que no deja de ser un síntoma de los malos tiempos que corren en esas políticas públicas de la administración argentina que dificultan el acceso a las propuestas de cine independiente.
Pocas pantallas para el cine argentino independiente
La carencia de pantallas para exhibir cine argentino independiente, la falta de control en el cumplimiento de la cuota de pantalla para el cine nacional en salas comerciales, el desinterés mostrado en ampliar la red de Espacios INCAA con sus precios populares, así como el recorte en Festivales de cine de todo el país y el deterioro de algunos centros culturales, son otros de los caballos de batalla de las distintas asociaciones que agrupan a los cineastas.
El INCAA gastó durante el mes de vacaciones 150 millones de pesos para pagar a los exhibidores una bajada del precio de la entrada, pero solamente para exhibir grandes tanques argentinos distribuidos por los grandes estudios. «En los países que protegen la diversidad de películas, las medidas se aplican para favorecer a los productores medios y pequeños en los meses de menos volumen de espectadores. Aquí se hizo lo contrario, -menciona el Colectivo en su comunicado-.
Consejo Asesor sin nombrar
Estamos en el mes de abril y el Consejo Asesor que debe evaluar las películas este año 2019 sigue sin nombrarse. La directora Sandra Gugliotta recordaba a las puertas del cine Gaumont que el año pasado sí se logró constituir y que «si se tuvo no fue gracias a la maraña de resoluciones que inventaron, a las complejidades de la administración y a las trampas y confusiones del Instituto. No fue gracias a la subejecución, sino al trabajo nuestro» -agregaba-.
Según la cineasta, lo que este año se necesita es que «no sigan asfixiando a la distribución y a las pymes para que podamos seguir teniendo películas. Necesitamos el nombramiento del Consejo Asesor para poder seguir contando con comités que puedan evaluar las películas. Necesitamos que el presupuesto se ejecute como se debe ejecutar. No el último día del año para que cierren los expedientes contables. Eso también es una trampa» -subrayaba la realizadora-.
©José Luis García/Cinestel.com
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