Cannes 2013: cine latinoamericano; contando historias humanas

Chile es el país del que más producciones de cine latinoamericano convocó el Festival de Cannes: «El verano de los peces voladores» (foto) de Marcela Said con el conflicto mapuche como telón de fondo, «Magic, Magic» del director de La Nana Sebastián Silva, y «La danza de la realidad» del psicomago Alejandro Jodorowsky. Desde México llegó «La jaula de oro» del español Diego Quemada Díez, y de Argentina «Los dueños» de los tucumanos Agustín Toscano y Ezequiel Radusky.
Marcela Said quiso plasmar en «El verano de los peces voladores» la confusión que existe en Chile sobre el conflicto mapuche, tanto en el pueblo como en el gobierno chileno, de una manera metafórica mostrando una laguna en la que la bruma se extiende sobre el agua y los inmensos árboles que rodean el lugar. Manena, de dieciséis años, pasa ahí sus vacaciones donde la preocupación crece en su padre quien pretende exterminar las carpas que asolan las profundidades.
Los días de verano transcurren entre risas y fiestas. Teresa, su madre, lee todo el tiempo, mientras los empleados mapuches de la casa se ocupan de limpiar, cocinar y cuidar a los niños que juegan en el bosque en busca de aventuras.
A pesar de lo hermoso del lugar, una tensión creciente en el ambiente reina. Los reiterados cortes de luz de la casa, los animales degollados que encontraron los niños en sus excursiones, así como otros actos vandálicos causados por desconocidos, parecieran amenazar la tranquilidad de la familia Ovalle.
Said dijo en Cannes que no tuvo intención de hacer una denuncia política sino de reflexionar sobre el difícil entendimiento de lo que sucede con los mapuches a partir de una historia real que conoció de la hija del dueño de una mansión que hacía referencia a la obsesión de su padre por exterminar los peces que habían «invadido su lago». La realizadora proviene del documental y esta es su primera incursión en la ficción donde es más fácil manipular las historias con la complicidad de los actores.
Por su parte Sebastián Silva, que con «Chrystal Fairy» se alzó con el premio al mejor director en Sundance, vio exhibida en la muestra francesa la otra película que también llevó al certamen estadounidense, «Magic, Magic», filme interpretado en inglés sobre una joven que viaja a Chile a pasar sus vacaciones y poco a poco va perdiendo el sentido de la realidad.
Y el también chileno Alejandro Jodorowsky, que jamás ha ocultado su egolatría, es como no podía ser de otra manera, aunque encarnado por un actor, el protagonista de un falso documental, «La danza de la realidad» donde el psicomago baila «su» extraña realidad, esa que sólo él sabe descifrar al completo y que los espectadores la traducen como la sienten o como cada cual la entiende, en un esfuerzo más que considerable para expandir la imaginación y ampliar sus límites.
Para Jodorowsky, la imaginación activa es la clave de una visión amplia y permite enfocar la vida desde ángulos que no son los nuestros, fantaseando otros niveles de conciencia superiores al de cada uno de nosotros. En esta sonada y desquiciada película vemos madres con voluminosos pechos, cuerpos mutilados, hijos amilanados, padres estalinistas, dictadores llorones, y otros elementos que indican que este filme tan extraño es difícil que se extienda mucho más allá de su circuito de admiradores como cine de culto, que sí los tiene. Esta experiencia vino en Cannes acompañada de otro documental con el que procura resarcirse de un anterior fracaso suyo al intentar adaptar al cine el universo de Frank Herbert en «Dune». El público aplaudió masivamente a este polifacético artista por su originalidad.
El español Diego Quemada Díez sigue los pasos de Méndez Esparza con el que hasta comparte productora, y en «La jaula de oro» retrata el drama de la inmigración trabajando en la ficción encima de La Bestia, como es conocido en México el tren sobre el que viajan indocumentados con la esperanza de emigrar hacia el norte. Quemada es discípulo de Ken Loach, con quien trabajó en tres filmes, y por tanto está muy interesado en el cine de conciencia social.
Por último apuntamos el trabajo de los debutantes argentinos Agustín Toscano y Ezequiel Radusky que fue seleccionado para la Semana de la Crítica. «Los dueños» es una historia social con toques de humor rodada en Tucumán. De «Heli» y «Wakolda» ya nos ocupamos en una nota anterior que se puede consultar aquí. (cba/rbc)