Reflexiones sobre el cine alemán más reciente visto en Barcelona

A mediados de este mes de noviembre debería de haber acabado la Mostra de Cinema Alemany Actual en la sede principal de la Filmoteca de Catalunya. Sin embargo la crisis que nos ocupa este año, con su correspondiente cierre de salas, afectó al último tramo de las proyecciones, aun cuando la mayoría de filmes que se programaron se pudieron proyectar en la pantalla grande por lo menos una vez.
Esta posibilidad permitió que se pudiera disfrutar del visionado de ciertas obras como puede ser “Coup”, una historia todavía inédita en las pantallas germanas donde tiene fecha de estreno hacia finales de mayo del próximo año 2021.
Ambientada en el año 1988, esta película trata sobre la obsesión de ganar dinero a cualquier precio representada en un empleado de banca que descubre una brecha de seguridad en su lugar de trabajo, y la aprovecha para afanar algunos fondos.
En tono tragicómico, estamos ante una película que nos habla acerca de la avaricia y donde su protagonista poco a poco se va metiendo en un callejón sin salida por ese motivo. Igualmente aquí aparecen algunos apuntes acerca de los “riesgos” del dinero en efectivo, como también ocurría en la película inaugural del ciclo, “Die Goldfische”, si nos atenemos a lo que se cuenta en el final de esa otra comedia en torno a las ventajas o desventajas de la moneda electrónica. “Coup” también trata sobre las posibilidades de redención frente a una actitud tomada de antemano.
Otro filme de relieve en el ciclo fue “Mein Ende. Dein Anfang” (Mi final. Tu comienzo), un relato protagonizado por la actriz Saskia Rosendahl, quien se dio a conocer a nivel mundial con su debut en “Lore” (2013), y que aquí juega con elementos como el azar y el destino. La película contiene un hecho grave y fortuito que determina sobremanera todo su desarrollo posterior y, aunque si bien ciertos tránsitos que contiene el film pueden dejar una sensación de dèjá vu en el espectador, lo que realmente tiene un mayor valor es su desenlace final, pues la protagonista lleva toda la película desconociendo algo de toda la trama que definitivamente ocurre y que es esencial.
Y entre las películas de este año de la Mostra hubo otra que también destacó por su temática. Se trata de “Oray”, un relato que asume las dificultades para adaptarse a algunos preceptos religiosos. Aquí el elemento clave es “Talāq”, una palabra que los musulmanes solamente utilizan cuando la decisión de divorciarse es firme, la cual el protagonista ha pronunciado a su esposa por un descuido.
A consecuencia de esto, el imán obliga a ambos a separarse temporalmente, ya que si la fórmula se dice una sola vez, el divorcio es revocable y el marido puede volver a reunirse con la esposa después de un período de espera de tres meses. En caso de que la hubiera dicho tres veces, el divorcio sí que sería definitivo e inapelable.
Oray ya no tiene ni idea sobre cuántas veces ha podido decir la dichosa palabra. Sin embargo, ha decidido trasladarse a vivir a la ciudad de Colonia, donde todo le va bien hasta que su imán vuelve nuevamente a sembrar dudas acerca de su estabilidad, lo cual le añade al filme otra vuelta de tuerca que complica la situación de la pareja en cuestión.
La película parece tener el firme propósito de analizar el significado de ritos y tradiciones ancestrales en unas sociedades occidentales como las actuales, en las cuales la multiculturalidad es un concepto a seguir amplificando.
©José Luis García/Cinestel.com
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