«Kaili Blues», de Gan Bi; un viaje

Algunos cineastas de los países del Este asiático llevan ya tiempo ofreciendo un cine que huye de presentar miserias o violencia gratuita para profundizar en el lado más humano de las personas y en sus conflictos más genuinamente cotidianos. Esa perspectiva le da a sus películas un aire de autenticidad único. Por eso es de agradecer que festivales como el de Locarno se interesen por estos filmes en los que el conflicto necesario para cualquier relato cinematográfico subyace de otra manera a como les suele gustar a los programadores de otras muestras grandes del entorno occidental en el hemisferio norte. Con el premio a la Mejor Ópera Prima y una Mención Especial del jurado de la sección Cineastas del Presente del Festival suizo, «Kaili Blues» es la entrada en el largo (largometraje, claro) del joven director chino Gan Bi, quien ya había rodado un corto con anterioridad. La historia es sencilla, humana y sigue con mucha sensibilidad a sus personajes. sigue...