José Celestino Capusano habla acerca de «Fantasmas de la ruta»
Que en la base de toda buena y adecuada obra cinematográfica se encuentra un conflicto de cualquier tipo es una premisa que el argentino José Celestino Campusano lleva hasta su más que notable acondicionamiento a través del uso de actores que conocen en su vida personal, directamente o por terceros, aquello sobre lo que la película está tratando, la dureza y crudeza de los temas que se manejan, así como lo que significa ser leal a una amistad como fórmula de defensa frente a los desafíos que nos presenta una vida. ‘Hoy por ti y mañana por mí’ es un dicho muy válido para hacer frente a la tensa problemática que aborda este filme tan inquietante, «Fantasmas de la ruta».
Y si la anterior película de Campusano, «Fango», obtuvo diferentes reconocimientos a distintos niveles, el último de los cuales en España, Mejor Película en el Festival Márgenes, lo cierto es que ésta le va a la zaga porque ya en el 28 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata consiguió los premios a la Mejor Película de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina, ARGENTORES al Mejor Guión Argentino y una mención especial del jurado del Premio Signis. El tema de fondo es una historia que refleja la trata de mujeres en la Argentina.
En «Fantasmas de la ruta», a José Campusano se le ve haciendo un pequeño cameo por exigencias de los tiempos de rodaje, y ahora nos ofrece más detalles sobre la película en diálogo con Cinestel.
– ¿Cómo describirías a los personajes sobre los que se sostiene esta historia?
Son personas del conurbano bonaerense que de alguna forma conocen este tipo de temáticas y concretamente el área que les ha tocado desempeñar en la película. Los policías son policías en su vida cotidiana, el cuerpo de élite también lo son en su trabajo, la mucha gente de la noche que aparece también hacen sus vidas por la noche, fue filmada en prostíbulos reales,… osea, corrimos bastantes riesgos para filmar esta producción, pero felizmente sí se pudo hacer.
– ¿La previsión inicial era seccionar esta historia tan cruda y realista en capítulos?
Sí, estaba pautada en 13 capítulos pero finalmente hicimos una película de casi tres horas y media porque en Argentina para conseguir pantalla como miniserie se complica a veces y, para no tener que esperar a su futura difusión, la estuvimos también movilizando como película.
– En «Fantasmas de la ruta» aparece también gente que desde distintos ámbitos y situaciones, ya sea en la vida más común o en esos bajos fondos, intenta ayudar para resolver las adversidades de estas chicas, tanto en su búsqueda como en una posible salida de la situación.
En realidad, fíjate que ahora tenemos una película planeada que se llama «Placer y martirio», que es sobre los vicios sexuales y amorosos de la llamada clase alta argentina, y que está nutrida por hechos biográficos. Ése es un mundo totalmente decadente y bajo porque sobreabunda el consumo y el dinero pero lo que falta ahí, falta en serio, y eso lleva muchas veces a una hecatombe emocional y física a las personas de ese entorno.
Lo que pasa es que el conurbano tiene, según tengo entendido, cerca de 15 millones de personas. Hay una variedad humana tremenda. Yo vivo justamente allá y encontrás lo que tu esencia te permite ver y encontrar. Está esta gente pero también hay otra gente que yo bien conozco y que ha peleado contra esto asumiendo todo tipo de riesgos.
– El dinero logra involucrar a mucha gente en asuntos turbios y en tu película se ve a algunos profesionales como el comisario de policía. ¿Cualquiera es susceptible de verse involucrado en esto tan indigno?
Esa es una pauta mundial. Todos sabemos que Suiza puede ser un paraíso en muchos sentidos, pero en sus bodegas están las fortunas justamente de los grandes crímenes del mundo. Todo lo que sea negocio ilegal de alguna forma es lo que hace rebosar de dinero esas bodegas. Entonces, bajo tierra está el horror y sobre la tierra está justamente el confort y el consumo. Todo depende del cristal con que se mire.
Yo he visitado estos países y he venido horrorizado por el nivel de indolencia, de chovinismo, de egoísmo y de no querer ver lo que es obvio. Ellos facultan y eternizan muchas veces el crimen en el tercer mundo porque les conviene y les produce grandes réditos, y la trata de personas es uno de los cinco negocios más redituables del mundo a todos los niveles como igual ocurre con el trabajo esclavo que lo tenemos para las grandes marcas que producen a costos infinitamente bajos. Nosotros decimos que la sangre del tercer mundo nutre la sangre del primer mundo, pese a que ha habido cambios en ese sentido, pero justamente en Argentina hay mucha cuestión en la trata de personas y a algunas chicas no se las ve nunca más porque viajan a Europa básicamente, al igual que en Madrid yo he visto chicas del Este muy jóvenes que pienso que eran menores de edad, prostituyéndose de una forma muy abierta, muy descarada y por lo que tengo entendido la gran mayoría son víctimas de secuestro. Y eso delante de la policía, del ciudadano común.
– ¿Estos mercaderes sin ética siempre tienen un final dirigido hacia la muerte, que rodea todos estos asuntos?
Sí, fíjate que el promedio de vida de las chicas que están secuestradas en situación de prostitución y demás ronda los 30 años, por las bajas defensas, por las enfermedades infecciosas, por las drogas, por la mala alimentación. La muerte en estos entornos tiene una presencia muy constante.
– En «Fantasmas de la ruta» se ve una chica que habla guaraní y me venía a la mente al verlo lo poco que se habla de éste y otros padecimientos de algunas personas que viven más al norte de la Argentina.
Justamente, uno de los países más vulnerables en este sentido es Paraguay donde todos sabemos que era una nación pujante, hubiera terminado siendo una potencia latinoamericana y con la guerra de la triple alianza en la que Inglaterra se alió con Brasil, Argentina, Uruguay y Francia descabezando totalmente a ese país porque de ser una población de un millón y medio de personas, terminaron siendo doscientos mil habitantes. De vuelta, ahí interviniendo las potencias europeas y aniquilando el progreso en estas zonas tan ricas en recursos naturales y tan pobres en el ejercicio político. Y por ahora, uno de los grandes proveedores de víctimas en las redes de trata es Paraguay con una débil constitucionalidad que fue debilitada adrede por potencias.
– ¿En rodajes nuevos que vayas a hacer, tratarás de nuevo este tema?
En «El Perro Molina», que es la película que estamos terminando de rodar, en la que hemos pegado un salto tremendo dentro de lo que es factura técnica, hemos avanzado muchos casilleros, y sí toca este tema pero a través de un hecho biográfico sucedido hace mucho tiempo en la zona de Quilmes, con un guión que calculo que tiene diez años. En realidad fue uno de los primeros proyectos, pero después por el tema de tramitería y demás, y porque aparecieron «Vil Romance», «Vikingo», y «Fango», se fue postergando, pero es un proyecto que tiene ya su tiempo. El ángulo en el que se aproxima a esta problemática es bastante distinto. Yo diría que el tema de los problemas de género en la Argentina, «Fango», «Fantasmas de la ruta» y «El Perro Molina» lo tocan desde diferentes perspectivas, y eso es muy interesante.
– En algunas parejas fugaces o más estables que se forman en tus películas, hay cierta diferencia de edad y tanto ella como él pueden tener unos cuantos años más. Eso se suele ver poco en el cine. ¿Querías reflejar que esta realidad también existe?
Sí, pues fíjate que es como que la gente mayor no puede tener sexo en las películas que habitualmente se muestran, donde las cuestiones sexuales están destinadas a personas jóvenes. En el caso nuestro, en «Fango» que en realidad está basada en hechos biográficos, el Brujo que es una persona de 55 años tiene sexo con una veinteañera, pero en la realidad también sucede así. En todas estas películas tratamos de ser fieles a la vida misma y plasmar los hechos con factores y al ritmo que la vida los propone y no nos manejamos con los cánones por ahí de ningún otro cine porque creemos que lo genuino es lo que hace que una obra trascienda a través del tiempo y ese tema de las parejas es algo que lo vemos a diario, por eso lo palpamos y de alguna forma, lo registramos.
– Vikingo fue el protagonista de una anterior película y en «Fantasmas de la ruta» también tiene una aparición destacada. ¿Aquí se sigue presentando tal como es él?
Exacto, nosotros creemos que hay un cine que tiene una intensidad que el intelecto no puede prever. Entonces hay que permitir que esa intensidad se instale y sólo lo hace cuando, de hecho, la vida en la cual se inspira el film es vida antes del rodaje y sigue siendo vida después del mismo, para que la mayor cantidad de elementos reales estén en equilibrio durante el rodaje. Para eso no hay que suponer sino que hay que permitir, creo yo, y aquí ellos no se representan sino que se presentan en su realidad y para lograr eso, el director tiene que entender que uno es una suerte de servidor público, como dijimos siempre. No es más que eso. El ejercicio del ego de alguna forma complota contra este tipo de films a los que nosotros llamamos ‘cine orgánico’, entendiendo por orgánico todo aquello que tiene sedimentos de materia humana en su composición, y buscamos que tenga ese factor fundamental. Para eso es indispensable incluir a la verdadera comunidad en materia de personificación, de contenido, de producción y de posterior difusión.
– Respecto a la duración de más de tres horas, siempre queda la duda de si los exhibidores se podrían quejar porque a su juicio un tiempo así es muy largo. ¿Era imposible reducir todo lo que querías contar para satisfacer a ese sector?
Pues por un lado sí, pero por otro nosotros tratamos de no darle demasiada trascendencia a lo que puedan decir los exhibidores, porque sabemos muy bien que en realidad ellos se rigen por las leyes del mercado y que de alguna forma estemos facultando producciones regidas estrictamente por esas leyes, nos parece un demérito. En realidad, será para otro espectro que es el formado por oenegés, por canales comunitarios, que los hay, y por exhibiciones alternativas. También igual que a ustedes en España, a nosotros nos sucede que las multi-pantallas están regidas por las leyes de mercado. Entonces por más que puedas entrar, tu presencia en esos sitios es muy limitada, por eso directamente ignoramos los caprichos de ese sector.
Básicamente, de las que pensamos producir, algunas encajarán y otras no. Lo que sí te puedo decir es que, según se cree, hay tres factores que legitiman un film: la prensa, los festivales y el público. Todo está más complicado en el tema del público porque tenemos un escollo que son las multi-salas, pero nosotros apuntamos con mucho ahínco a los otros dos segmentos en los que no tenemos ningún tipo de limitación.
©José Luis García/Cinestel.com